La conferencia “Alejandría y la Cultura Islámica” quizás sea la actividad más destacada, por el momento. En ella participaron miembros de la mencionada ISESCO, así como la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Cultura de Egipto, y otros académicos venidos de fuera del país. Esta conferencia estuvo dirigida a los medios de comunicación y a las asociaciones y tuvo como principal objetivo educar y formar en la importancia de continuar con el diálogo –entre civilizaciones y culturas- como componente central en los contenidos comunicacionales. Entre los temas a tratar estuvieron el histórico carácter cosmopolita de la comunidad alejandrina antes de la llegada del periodo islámico, la coexistencia entre diferentes religiones, los intelectuales alejandrinos en la edad islámica –arquitectura y arte en general-, así como un interesante punto sobre las aportaciones de esta ciudad en el Islam. Aquí es donde convergen dos ideas: la Alejandría europea y la Alejandría árabe. Sobre este dilema habló el renombrado Profesor Dr. Mohamed Rafeek Khalil. En la presentación de su proyecto sobre “El aspecto islámico árabe VS el aspecto europeo en la cultura alejandrina”, concluyó diciendo que, a pesar de que Alejandría siempre ha sido una ciudad cosmopolita con una identidad mediterránea, nadie puede negar el papel crucial de sus raíces históricas que se hacen más y más profundas a lo largo de los siglos. Los cimientos de la Alejandría cosmopolita Hoy en día Alejandría todavía conserva el espíritu de las civilizaciones que encontraron en esta ciudad un lugar idílico para su desarrollo y pujanza. La puerta del Mediterráneo. Con un puerto marítimo de gran importancia estratégica que unía las ricas civilizaciones griegas y romanas con África, fue desembarco de riquezas provenientes de Occidente y también, de piratas. Alejandría es la segunda ciudad más grande de Egipto y cuenta con una envidiable costa que muchos en el país quisieran tener. La brisa del Mar Mediterráneo penetra por sus calles, envejeciendo fachadas, barriendo las polvorientas calles y dulcificando los terribles atascos de una ciudad ocupada y bulliciosa. La verdadera Alejandría no es la que todos vemos. Para poder visitar la antigua ciudad histórica, aquélla que fundara Alejandro el Grande, tendríamos que sumergirnos en el mar. Ya no hay faro, pero todavía podemos ver miles de ruinas: ptolomeicas, romanas, bizantinas y de la era islámica. La multiculturalidad se mezcla con la multitud de religiones que aquí conviven, pudiéndose encontrar desde iglesias católicas, a iglesias anglicanas o protestantes, así como ortodoxas – las más-. Encontramos también mezquitas tan conocidas como la de Abou El Abbas El Morsy (Abou Abbas El Murciano) un sheij que llegado de Murcia permaneció más de 30 años en Alejandría y construyó esta mezquita. Además de las catatumbas greco-romanas, el anfiteatro romano o el Pilar de Pompeya, cuenta con numerosos museos y con una de las sinagogas más grandes del mundo. Los parques y las playas ponen el punto que quizás más motive a los visitantes cairotas a venir. Para los turistas, claro está, lo que no puede dejar de visitarse es la mítica Biblioteca de Alejandría.
20 de octubre de 2008
Alejandría, capital de la cultura islámica 2008
Alejandría celebra este año el título de ‘capital de la cultura islámica’ otorgado por la ISESCO, la Organización de Educación, Ciencia y Cultura Islámica. Como parte de esta celebración muchas son las actividades que se han organizado en esta ciudad que llegó a ser la capital de Egipto durante más de 1000 años. Una capital donde podían oírse hasta cinco idiomas: el árabe, el francés, el inglés, el griego y el armenio (o el italiano, etc). Alejandría era una rica combinación donde el Oriente y el Occidente permanecían en armonía.
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