¿Quién mejor que los propios egipcios para decir cómo son y en lo que piensan? Ni muestreos, ni estudios sociológicos... solamente comprobado a través del boca a boca, éstos son los 10 puntos que dicen si eres o no parte de la juventud egipcia según la revista alejandrina Origami.
1. Sueñas con tener un pasaporte diferente.
2. Tu padre te jura con palabras que le afectan a él mismo (Ya Ebn el... / Hijo! mira que...)
3. Pronuncias tu 'p' como una 'b' (como bebsi -pepsi- o bolice -policía-)
4. Llevas siempre excesivo equipaje cuando viajas y has aprendido a suplicar en los aeropuertos para que te permitan pasar sin pagar tan pronto como tu padre desiste de hacerlo.
5. Solamente caminas por las calles en grupos de 7 ó más personas y habláis árabe con tono muy alto.
6. Siempre peleas por quien paga la cuenta de la cena.
7. Enseñas a los extranjeros palabrotas en tu idioma.
8. Si tienes 25 años y no estás casado, tus padres te hacen sentir como si fueras demasiado viejo.
9. Continúas diciendo Kol Sanna Wa Inta Tayeb (Felicidades) izquierda, derecha y al centro!
10. Tus padres tuvieron las mejores notas en la escuela.
De todos estos puntos, muchos nos parecerán familiares a los españoles: el punto 6 sobre quien paga la cuenta (produciéndose esos forcejeos para meter el dinero del colega en su bolsillo y no dejar que pague), el punto 5 de ir en grupo 'berreando' por la calle, también se estila mucho en España entre los jóvenes, incluso el último punto de que nuestros padres siempre fueron los mejores en la escuela.
No obstante, el punto primero no se ha colocado allí por azar, no. Hoy en día muchos son los egipcios/as que me comentan la dura tarea que les resulta conseguir un visado para ir al extranjero. De todos es sabido que para las chicas es mucho menos complicado pero, a pesar de todo, necesitan entregar una carta de invitación -de alguna amiga extranjera que le invite a pasar el verano en su país-. No hablo de viajar en los países árabes por supuesto.
Las parejas (bi-nacionales) que de vez en cuando se mezclan (egipcio-alemana, español-egipcia, etc etc) a veces sufren de miradas furtivas, no se sabe si por envidia o por desaprobación (tanto por parte del 'buen musulmán egipcio que se va con una extranjera' como por parte del egipcio 'aprovechado' que se lleva a una extranjera para poder salir de su país). Bueno, de todo hay.
La cuestión es que, últimamente, muchos de mis colegas egipcios están decidiendo marcharse, otros ya lo han hecho (mi enhorabuena para las parejas recién casadas), y los que se quedan los miran con melancolía, como si de un sueño se tratara. Puede que fuera de su país lleguen a sentirse extraños. Aunque no es un sentimiento nuevo. Ya en su propia tierra llegan a sentirse así. Como dijo Camus: "en un mundo donde las ilusiones y la luz desaparecen de repente, el hombre se siente como un extraño".
Algo también muy extendido entre los jóvenes egipcios es el sentimiento de extrañar algo que no conocen todavía. Muchos ni siquiera han salido de su ciudad, sin embargo, extrañan Europa o Estados Unidos o Canadá.
'Mi amigo me dijo que si me voy a ___ encontraré trabajo seguro'. 'Mi amiga me dijo que si me fuera a ___ encontraría trabajo seguro'. 'Mi amigo me dijo que si me hubiera ido a __ habría encontrado trabajo seguro'. Creo que algunos ya sabéis que de vez en cuando presto mis servicios como profesora en el Instituto Cervantes. De estas clases saco mucha información y ... muchas conclusiones. Estas tres frases están conjugadas con tres condicionales diferentes, del caso más probable al más improbable, y suelo usarlas de vez en cuando como ejemplos.
La primera frase representa, generalmente, a un/a joven egipcio/a entre 22 y 27 años. La segunda, a un/a joven entre 27 a 33 años y, la última, a los jóvenes treintañeros o casados. No hay igualdad de oportunidades. No hay igualdad entre sexos. No existe el apoyo familiar en el caso de querer irse al extranjero, en el 80% de los casos. Y, para más inri, los jóvenes han de cumplir con un servicio militar que puede extenderse hasta los 3 años, y que han de cumplirlo antes de salir del país (a no ser que estén cursando estudios universitarios o sean hijos únicos, en este último caso, están exentos de hacer la mili).
Creo que Egipto es uno de los pocos países en los que se aprende una lengua diferente para ser utilizada realmente, para trabajar con ella, para amar con ella y vivir con ella, en otro país.
Si a estas dificulades les sumamos la crisis, el paro, las condiciones laborales, los precios de los pisos y la presión familiar por casarse, nos encontramos con verdaderos valientes que luchan por seguir adelante, manteniendo viva su ilusión y combinando tradición con una modernidad que se mete en sus vidas creando desequilibrios y desestabilidades. Extrañar un lugar es necesario para estos jóvenes, puesto que henchir su porvenir solamente con un sueño no es suficiente.
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