Todas las expectativas están puestas en la próxima visita del presidente Obama al Cairo donde dará su speech de reconciliación, de relaciones promiscuas y perennes entre Occidente y Oriente. Aunque también, todos aquellos que defienden las libertades, los derechos humanos y la democracia no pueden parar de preguntarse, ¿por qué en Egipto, un país donde es patente el recorte de estas libertades y la falta de democracia? ¿Por qué tantas visitas oficiales a esta capital? Las políticas internacionales están, sin duda, abriéndose a Oriente Medio. El Cairo, ¿volverá a ser la capital que fue antaño; puerto de entrada al mundo de las dunas, de las galabeyas y del Islam?
Un día, no hace mucho, discutiendo sobre estos temas escuché: "Aquí, o vamos al infierno o vamos a la cárcel". La cita es de un egipcio y resume muy bien las sensaciones que producen estar en un país que pone límites hasta a las más absurdas limitaciones. Así pues, si la gente aquí no decide luchar ni levantarse... no están ganando el cielo que digamos. En el Corán, también en los hadices, se dice que no hay que adorar a nadie más que a Dios, no se puede adorar a aquellos que pretenden ser dioses en la tierra. Hay que combatir los gobiernos tiranos. No se admiten las imágenes del Profeta (ni de Allah).
En cambio, esta tierra está llena de imágenes de presidentes que se crean los púlpitos en cualquier lugar de la ciudad. La cárcel les espera cuando deciden luchar.
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