5 de marzo de 2011

La vida de una revolución

Llegó un punto en el que todos fuimos sospechosos de la derrota. De que no creímos más en la libertad de Oriente Medio. Todavía queda mucho por resolver. A estas alturas, por ejemplo, sería de esperar un gobierno prodemocrático en Túnez, y todavía no ha llegado. En Egipto las cosas se están desarrollando de otra manera. A mi me da la sensación de que siempre ha sido un lugar diferente de Oriente Medio. Mientras nunca he esperado que una revolución ocurriese en Siria, en Egipto, sí... Siempre he creído en ella. La he esperado. Como agua de mayo... 

Y bien. ¿Ahora qué? Ahora tenemos un sinfín de situaciones que valuar con atención. En Egipto, las protestas continúan mientras un consejo que parece que actúa y trabaja "pisando huevos" teme más revueltas. Solo parece que actúa conforme a ello, nada más.

Lo de Libia, sin embargo, no tiene nombre. Aquí en Italia, muy cerca de mi residencia siciliana, está sucediendo un capítulo que a muchos recuerda ese 1986 cuando a Qadafi se le ocurrió lanzar dos misiles contra la isla italiana de Lampedusa, destino de decenas de inmigrantes libios en busca de libertad y zona turística por excelencia para italianos. Hoy, miles de libios llegan día a día a las costas de esta isla italiana, cercana a la Sicilia, que cada día abre la cabecera de los telediarios en todos los canales italianos. La gente (italiana) tiene miedo, tanto, que se estima ya que este año el turismo descienda trágicamente. No así el Festival de Cine de Lampedusa que este julio cumple su tercera edición y continúa a la vanguardia de los festivales de cine de temática social, donde la inmigración es el punto a tratar. Por eso hoy escribo este post. Después de hablar esta noche con el director artístico del festival mencionado se me han aclarado muchas dudas...

Todos los días se oyen en Italia historias de inmigrantes muertos en el intento de cruzar el estrecho que separa Libia de Lampedusa, África del país más cercano a Occidente. Todos los días oímos en el pronóstico del tiempo que el mar está embrabecido, incluso algunas lanchas rápidas que salen de Sicilia a Lampedusa no han partido. Pero ellos parten. Ellos son decenas de libios que huyen de un futuro virulento de inestabilidad y muerte. Sobre todo, muerte. Y después, inestabilidad. ¿Qué está sucediendo en Libia?

Lo sabéis, información no falta. Tampoco imágenes que nos llegan de los mejores corresponsales... Hay que esperar que la revolución continúe. Sin perder el norte ni la esperanza. Esperando que un día llegará el cambio... aunque algunos no crean en la democracia del mundo árabe y musulmán.

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