11 de mayo de 2008

Cómo tratar Oriente Medio y el Islam en los medios de comunicación

Itxa. 11 de mayo de 2008
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Es estupendo poder leer ya por la mañana noticias como ésta: Las primeras jornadas interdisciplinares El Islam en los Medios de Comunicación, celebradas en la Universitat de València, consensuan un Manual Periodístic ocon la recopilación de un borrador de recomendaciones periodísticas para la cobertura de informaciones sobre musulmanes y Oriente Medio.

Alhamdulillah llega a España, aunque sea un borrador que recopile buenas prácticas para tratar el Islam: desde el velo islámico de las mujeres al llamado fundamentalismo. Y, entre ellos, un abismo…

Como bien apuntó Gema Martín Muñoz, directora de la Casa Árabe, "lleva a la concepción social de que los otros no son de los nuestros, evitando así que la opinión pública se sensibilice con él". Sé que muchas personas disocian de lo humano cualquier tema referido al Islam, pues bien, con este post voy a intentar acercaros a este mundo, no tan lejano para los españoles que, diariamente, están en contacto con esta religión, bien por estar rodeados del arte mudéjar que nos dejaron hace siglos, bien por tener en España a un millón y medio de musulmanes (cifra nada banal).

Las recomendaciones periodísticas podrían empezar con una puesta en abierto al conocimiento del mundo árabe que NO tiene que estar inmediatamente unido al Islam. Hay que diferenciar entre ´lo árabe’ y ‘lo islámico’. Podemos hablar de árabe cuando nos referimos a una característica cultural, lo cual engloba no sólo el idioma sino el mundo artístico, el literario, la vestimenta o cualquier forma de expresión de una sociedad. Lo islámico, lógicamente, tiene que ver con la religión del Islam, la segunda religión más practicada en todo el mundo.

Como apunte. El 80% de los musulmanes del mundo NO SON ÁRABES. Indonesia y Pakistán, por ejemplo, son dos de los países con mayor número de musulmanes, pero no son árabes.

Me gustaría transmitirles que la tan conocida (y cubierta en extremo por los medios) crisis que hoy en día se vive en los países árabes proviene del estado, no lo olviden, porque a veces pensamos en los árabes como política y no como ciudadanos. Si bien, pasa el tiempo y parece que estos gobiernos continúan con su inoperancia habitual… ¿se han parado a pensar en lo complicado que es mantener un equilibrio cuando estás siendo forzado por tantas facciones –EE.UU, Europa… corrupción y poder-, mantener la religión cuidadosamente, y dejar pasar ápices de modernidad? Aunque la verdad, el tema de los ‘bandos’, ficha blanca ficha negra, ya no existe, sería como simplificar a la estupidez el juego de la conquista de un mundo que contiene la riqueza energética del futuro.

En esto, es menester decir que las que, a mi ver, más complicada tienen la tarea de asumir su rol tradicional con el Islam y, al mismo tiempo, la modernidad impuesta por la globalización (con McDonalds que atraen más clientela que el Kebab, grandes edificios de centros comerciales, videoclips ‘ligeros de ropa’ de la MTV que copian músicos egipcios, libaneses o incluso saudís)… son, digo, las jóvenes musulmanas. Sí, ellas tienen que combinar pantalones estrechos última moda, con camisetas Mango, zapatillas Converse, cinturones con lentejuelas… y su velo.

Este velo, ése que las mujeres occidentales vemos como imposición del patriarcado, castigo de Dios del génesis protagonizado por la pecaminosa Eva… pues miren señores, se lleva con tanto gusto que así lo quisiéran llevar algunas. No hablo de otros trapos, como el burka, pero el hijab (el velo) es, en ocasiones, un exquisito rudimento hecho a veces de seda, otras de hilo o de algodón, diferentes colores, formas y estilos de colocarse, que hacen el complemento ideal para algunas chicas musulmanas. Incluso se dice que se ha puesto de moda. Sé de primera mano que unas lo llevan como símbolo religioso (otros llevan cruces, ¿no?), otras por respeto puritano al prometido o al marido… etc. ¡Algunas nos sorprenden y al día siguiente aparecen sin él! Han decidido quitárselo… están en su derecho. Hay familias en las que una hermana lo lleva y la otra no, con lo que quiero demostrar que los padres a veces dejan vía libre.

Respecto al matrimonio, sea dicho que éstas pueden divorciarse, para la información de aquellos/as que no lo sepan. Porque, es gracioso, cuando vienes a países árabes piensan que en España no existe el divorcio y al contrario, ¡en España se piensa que aquí no existe! Unos porque creen que el cristianismo lo prohíbe, otros porque el islam no lo contempla… dejemos a los libros escritos por profesionales en temas orientales hablar en mi lugar (este enlace lleva a algunos de los derechos de la mujer recogidos en el Corán). (Foto: ITXA, Mujeres saliendo del ferry en Port Said, Canal Suez).

Y, del velo islámico, paso a otro de los temas más calientes en los medios de comunicación: el fundamentalismo.

Para partir tendríamos que empezar hablando del islam político, es aquí donde encontramos diferentes ramas: unos, grupos moderados; otros, grupos fundamentalistas no violentos y otros tantos son los grupos fundamentalistas violentos. Éstos últimos son a los que se refieren los medios con mayor asiduidad. Los grupos fundamentalistas violentos no son grupos de masas, sino grupos clandestinos.

El islam político es bastante moderno, apareció allá por el siglo XIX, tras la caída del imperio Otomano, último vestigio del imperio islámico, y defiende la vuelta a las reglas que regían este imperio. (Pero, muy aparte de esta ideología de arcaísmo, hoy en día la mayoría -96%- de los países musulmanes son laicos y no defienden ni aceptan al islam político ni a los islamistas).

Este fundamentalismo religioso no tuvo su comienzo en el islam, no… sino que surgió de protestantes estadounidenses. Fue en el siglo XIX cuando éstos decidieron resistirse a la oleada (demoníaca, según ellos) del modernismo y prefirieron regirse a través de una interpretación, al pie de la letra, de la Biblia.

Hay, pues, que romper con ese imaginario colectivo que han ido creando los medios de comunicación con respecto al Islam. Lobby estadounidense llamado a veces ‘guerra contra el terrorismo’ que sólo pretende la consecución de sus objetivos estratégicos en el mundo oriental. Desde el periodismo debería informarse y no caer en reduccionismos atroces, investigar y ofrecer información sobre la base del asunto, no dar pinceladas generalistas y sensacionalistas. El problema es que… como cualquier negocio, el beneficio de la venta es lo que cuenta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un articulo estupendo, por fin un poco de sentido comun y realidad.
A ver si les llega a los que tanto necesitan aprender.
Yallah!