Cuando el sol ya se hace fuerte, las calles toman un color rojizo, el color de la sangre derramada. Sangre sacrificada de un animal que representa algo más para el espíritu que una simple matanza.
Hoy todo el mundo tendrá comida.
Los miles de rumiantes que días anteriores pastaban por las calles entre viandantes, coches, tranvías o bicicletas, dan su último respiro. Pero todo tiene una intención...
Durante días se comerá carne. Carne acompañada de los típicos platos egipcios: salata jadra(ensalada con tomate, pepino y cebolla), tehina (humus de sésamo, con limón y yogur), shurbat (sopa), fatta (arroz cocinado con pan, vinagre y caldo), batatis (patatas fritas), ruz bil shariyya (arroz con fideos fritos)...
Despúes, los dulces. Los egipcios son gente que adoran los dulces.
Y, con el Aid el Adha, parece que por fin llegó el invierno. A las 22.00 comenzó a llover a cántaros. Las calles se limpiaron de sangre y la gente continuaba celebrando el Aid todavía con más fuerzas tras la refrescante y esperada lluvia.
Dentro de poco comenzarán otras fiestas: las de Navidad.
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