29 de septiembre de 2009

En Jordania. Parte III

Debería seguir contándoos el viaje a Jordania de este verano.

Como os contaba, en Petra nos invitaron a quedarnos un grupo de jóvenes beduinos que, aunque nunca habían visto la peli de Piratas del Caribe, eran igual que Johny Deep. Iban de jamaicanos, mejor dicho. Eso es lo que ellos pretendían. No hace falta decir porqué.

La historia la retomo en el viaje a Wadi Rum. Un desierto que debe ser visitado. Allí pernoctamos una noche en un campamento. No tiene mucho de excitante, es lo mismo que puedes hacer en cualquier desierto: comer pollo hecho bajo tierra, ver las estrellas, tomar té... en fin. Lo de siempre. Aunque esa noche pretendíamos dormir a la intemperie, decidimos volvernos al oir muy cerca cómo los perros salvajes se acercaban para terminarse los restos de la cena. Just in case....

Al día siguiente alquilamos un taxi para que nos llevara a Amman y fuera parando por el camino. Tuvimos que pelear más de una vez con él porque el tipo al final nos quería vender la moto de que no podía coger el camino a no sé qué castillo porque la carretera estaba cerrada. Yo quería ir. No di mi brazo a torcer y, tras dar un vistazo al mapa, insistí en que cogiera el camino más largo, que no tenía más que 20 ó 30 kilometros más. La verdad, tampoco fue para tanto. Los castillos de antaño estaban mayormente destrozados. Solo hay un par de países que han logrado conservarlos bien: Irlanda y Alemania. Allí parecía que estaba dando una vuelta en coche por mi comarca.

Ya eran las cuatro cuando alcanzamos el Mar Muerto. 


Cuando había pensado que ya me había bañado en aguas super saladas, va y a aparece ante mi el Mar Muerto. Con sus orillas blanquecinas, este mar hace al mismo tiempo de frontera natural entre Jordania e Israel. Uno se puede bañar donde quiera, pero luego hace falta una buena ducha. Por eso, nosotros decidimos ir a un resort de esos que tienen hasta piscina.


"Prohibido nadar", dice un cartel en la playa. Si intentas sumergirte, notarás cómo tus tripas parece que suben... solo flotas, pero de una manera increíble. Antes de que, ya cansado y muerto de calor, te salgas a duchar, debes probar a embadurnarte con el lodo. Buf! qué dolor!

Tras dos horas de baño y una ducha de treinta minutos, nos dirigimos a la capital de Jordania, Amman. 





20 de septiembre de 2009

Hoy comienza el Eid al- Fitr la fiesta que pone fin al mes de Ramadán en el calendario musulmán

El empacho del Ramadán ya ha terminado. Atrás quedan 29 días de ayuno consecutivo desde la salida a la puesta del sol. La noche acompañaba los más suculentos platos. En un no parar de llenar los estómagos, hoy muchas personas lanzan lamentos por haber cogido algún kilo de más.

“En Francia lo que hacen algunos es un ayuno donde solo comes uvas, es para purificarte”, me contaba una colega francesa ya acostumbrada a los ayunos de su marido musulmán. Durante este mes, se establecen las prohibiciones de fumar, beber o comer en la calle. “Quien lo hace paga una multa, no es nada del otro mundo”, me cuenta un amigo egipcio cristiano que ya ha tenido que abonar uno de estos escarmientos. “Mucha gente fuma, a escondidas, pero fuma”, siguen contándome.


A pesar de conocer el panorama, este año ha sorprendido mucho la noticia que nos llegó desde Asuán, donde varios hombres fueron arrestados por incitar a romper el ayuno –se entiende, antes de la caída del sol-. Otro acontecimiento que ha marcado el mes de Ramadán ha sido, cómo no, la amenaza del virus de la gripe (A) H1N1 o gripe porcina. Muchos peregrinos han tenido que interrumpir su estancia en la Meca porque las autoridades egipcias lanzaron la orden de volver a casa. Las restricciones en este respecto no terminan allí y muchas son las personas que ahora mismo no saben si van a poder cumplir con su cita anual de peregrinación el año que viene.

Hoy a las siete de la mañana se escuchaban las últimas palabras por altavoz del sheij en la gran mezquita de Ibrahim (Abraham) en Alejandría. Hasta hoy, los que vivimos a su alrededor hemos tenido que esperar para echarnos a dormir más allá de las 3 de la madrugada, hasta entonces era misión imposible: los altavoces, colocados por toda la avenida hacían retumbar la voz del recitar del Corán en las paredes de las casas. Cientos de personas acuden en masa a las mezquitas especialmente al finalizar el Ramadán. “Es bonito ver cómo la comunidad está tan unida”, comentan muchos al ver los videos grabados desde los balcones.




Hoy comienza la fiesta del Fitr, también conocida como la fiesta menor o Eid el-Saguir. En Egipto se celebra comiendo con la familia, haciendo picnics en los parques y jardines públicos y, sobre todo, comprando ropa nueva. Los niños continúan 'patrullando' por las calles con sus petardos y, el centro de las ciudades se vuelve intransitable. Casi es mejor quedarse en casa. Justo después de este Eid comenzará el año académico, siempre y cuando no se trate de uno de esos centros donde han decidido aplazar la fecha de comienzo debido a la gripe porcina.

La fiesta mayor, el Eid el-Kebir o Eid al-Adha, será dentro de 70 días aproximadamente, el 27 de noviembre.

18 de septiembre de 2009

Alberto Arce gana el Premio Periodismo de la Fundación Anna Lindh por su cobertura en Gaza

Ayer por la noche mi gran amigo Stefano de Anna Lindh Foundation me dio la noticia: -Ciao, Isabel.... finalmente è stato uno spagnolo el premiato.... - ¡Dime que ha sido el español de Gaza!- yo tenía la impresión desde el principio que era él quien iba a ganar ese premio. Así ha sido. Alberto Arce, a quien conocíamos el pasado invierno durante la guerra de Gaza, ha sido premiado por sus reportajes en El Mundo.
Alberto estaba trabajando como cooperante para Free Gaza cuando comenzaron los ataques de Israel sobre la Franja. Él mismo contó que recibía amenazas constantemente, seguramente por hablar verdades: "están usando armamento ilegal que quema vivas a las personas", decía para RTVE.


Todos sabemos lo desastrosa que fue esta guerra a nivel de cobertura mediática, puesto que Israel bloqueó la entrada a todos periodistas. Los únicos que pudieron cubrirla fueron aquellos que se encontraban dentro antes de los ataques.

Esperemos que esto no vuelva a suceder, si sucede, tendremos que hacer lo posible por comunicarlo por todos los medios. Aquí tenéis 8 minutos de documental de Alberto Arce al que le quiero dar mi enhorabuena: aunque no vaya a leer este post....  ¡¡Mabrouk. Alf mabrouk!! No solo por el premio, sino porque ahora sí van a saber mucho más de lo que ocurrió allí este invierno.

17 de septiembre de 2009

Sobre Periodismo y la Web

Rosa J.C., periodista de El País y amiga bloggera, nos ofrece toda una clase magistral sobre el periodismo tradicional y la Red.

13 de septiembre de 2009

Liberación para el periodista iraquí dueño del "zapato por la dignidad"

En diciembre del pasado año, el periodista iraquí Muntadhar al-Zaidi que estaba cubriendo una rueda de prensa con el entonces presidente norteamericano George W. Bush, sintió como su zapato le apretaba insistentemente su pie. La molestia era mayor y, por dignidad, decidió apuntar al presidente del país que había invadido el suyo y lanzar con fuerza sus zapatos.


Con 27 años (según EFE) y 29 (según otras fuentes), este joven periodista iraquí pasó a la historia cuando decidió atacar al presidente de los Estados Unidos lanzando primero uno de sus zapatos mientras decía: "Toma tu beso de despedida, pedazo de perro" y luego, el segundo, gritando: "por las viudas y los huérfanos". Enseguida se le echó encima  todo el aparato de seguridad y sus compañeros de profesión tomaron fotografías.
George W. Bush comentó al momento que esta reacción no le había molestado, incluso llegó a bromear. Si supiera lo que significa en oriente medio que alguien te tire un zapato (o te muestre la suela de los zapatos) y te llame perro, no creo que hubiera respondido así.
La cuestión es que, desde el 14 de diciembre, Muntadhar se encuentra en prisión por haber atacado a un cabeza de estado durante una visita oficial en Iraq. Muchas han sido las organizaciones que protestaron en su tiempo para que esto no sucediera y, después, para que esto llegue a su fin y el joven pueda volver a casa con su familia. Parece ser que este momento ha llegado. Todo está todavía por ver, pero es posible que lo liberen el próximo viernes. Ya está liberado: el martes 15 de septiembre.
El joven pertenece a una familia chií iraquí que fue duramente castigada durante la dictadura de Sadam Husein. Este es solo un ejemplo del descontento que arrastra la ocupación norteamericana en Iraq,  llamada Operación Libertad Iraquí para las tropas americanas que comenzó el 20 de marzo de 2003 y alcanza un coste total de 700 millones de dólares y subiendo.

12 de septiembre de 2009

Como Indiana, pero sin látigo. [Viaje relámpago por Oriente Medio, parte II]

Casi nueve horas andando por Petra despiertan mucho apetito. Te hartas de canturrear la banda sonora de Indiana Jones, hasta que te das cuenta de que solo los españoles que visitan este lugar lo hacen. A los franceses no les hace falta, llevan toda su existencia descubriendo cosas. Desde pequeña me ha gustado el tema de la aventura arqueológica. Tras el bombazo que supuso la saga de Indiana Jones han habido intentos de repetir la idea. Pero no dan el pego.

Los montajes de exteriores y la escenografía en sí es un arte indiscutible. Lo malo es cuando vas y visitas el lugar donde supuestamente se ambientaban las pelis, te llevas una desilusión. Es como ir a visitar el castillo de Braveheart que no está en Escocia, sino en Irlanda. Son solo paredes y laderas verdes.

Quien fuera niño.

Petra, que significa piedra en latín, es eso mismo… piedra. Petra es una ciudad rosa, de arenisca, excavada y esculpida en piedra en un valle que llega a hacerse infinito. Tiene hasta un anfiteatro romano, canales de agua que van entre las paredes y unas impresionantes fachadas. Los nabateos hicieron de este enclave su capital y hoy en día podría decirse que continúa su carácter comercial: es el lugar más caro de Jordania, tal y como dicen allí los beduinos.

Con mi manía de entablar conversación con los habitantes del lugar, llego a la cuestión de siempre: “¿Cuántas tribus de beduinos vivís aquí?” Unos me dicen que es una sola tribu con muchas familias. Al salir del monasterio, o Deir, me encontré con una mujer que pretendía venderme un collar por 50 dinares jordanos hasta que, tras intercambiar unas frases en árabe egipcio me lo dejaba por 5 o 10 ya no lo recuerdo. Nos ofreció un té y nos contó que ella era egipcia, del Sinaí, pero que se había casado con un beduino jordano. Pregunta: “¿Cuántas tribus sois aquí?” Respuesta: “¡muchas, muchas!”

En Oriente Medio es chungo hacerse con una fuente fiable.

Por el camino las niñas se acercaban vendiendo… piedras. “Shokran habibti” pero no compro piedras. Tras mirarme fijamente con unos ojos negros como el azabache y brillantes como el cristal, me dijo: “Khod, khod, hada hedeya” [Cógelo, cógelo, es un regalo] Sonreí y le dije que se la guardara para vendérsela a los siahiyin que venían, a los turistas. Ella sonrió aún más ampliamente y nos acompañó un trecho en nuestra ascensión al mirador. Portaba en sus manos una chaquetilla blanca muy bonita y nueva. Me extrañó, pero no le pregunté nada.

De repente, los primeros turistas que se cruzaban en nuestro camino. La niña se acercó corriendo a ellos y les enseñó la chaqueta. Ellos se miraron sin saber bien qué es lo que quería. Ya lo entiendo. Estaba subiendo el camino con nosotros para encontrar a la dueña de la prenda.

“¡Eh, Lawrence de Arabia! ¿Queréis dormir en el desierto de Petra?”. A cien mentros se acercan cuatro jinetes beduinos. Deben tener entre 20 y 30 años y todos comparten un mismo estilo de peinado mitad jamaicano mitad piratas del caribe. La verdad es que se parecen a Jack Sparrow (Jonny Deep) con sus pañuelos atados en sus cabezas, su melena negra y sus ojos pintados con kohol.

¡Uf! Ya nos gustaría, pero nos esperaban en otro desierto, el de Wadi Rum.

10 de septiembre de 2009

Viaje relámpago por Oriente Medio. Parte I

Un verano más para brujulear por Oriente Medio. Aunque uno viva en esta parte del mundo siempre se encuentra con sorpresas inesperadas y con lo de ‘inesperadas’ me refiero a sorpresas poco agradables. Esto de oriente medio va muy acompañado con la suerte que tengas. Al pie de frontera y sin visados, entras en una rifa de qué oficial te va a tratar mejor o peor. No son solo chupatintas, son militares, marciales de gobiernos por donde casi no pasa la luz. Este viaje fue un viaje relámpago entre Egipto, país donde resido, Jordania, Siria y Líbano. A excepción de Jordania, el resto de esto países ya los había indagado con la diferencia de que esta vez lo iba a hacer cruzando el paso fronterizo por tierra y no por aire. Para llevar a cabo un viaje con tranquilidad que te permita perderte por más pueblos y zonas inexploradas, hace falta una mínima de 10 días por país. Con mochila y pasaporte en mano lancémonos a lo que se nos presenta como vacaciones embrolladas pero al mismo tiempo las más satisfactorias.
De Egipto a Jordania con la familia palestina
Como ocurre en muchos viajes, siempre llegas a simpatizar con alguien que va a hacer la misma trayectoria. Esperando el autobús de Alejandría a El Cairo, una pareja de mediana edad se acercó y empezamos a hablar. Eran palestinos residentes en Estados Unidos. La conversación se extendió casi las cuatro horas de viaje a El Cairo. Sin embargo, en uno de estos momentos en los que hablábamos sobre Egipto y compartíamos experiencias, un señor egipcio que se encontraba sentado detrás de nosotros intervino: "No voy a permitir que hablen de mi país". Se dirigía con descortesía y mirada amenazante al palestino quien, tras recibir un tu ya eres más americano que palestino, contestó: "Señor, yo soy tan árabe como usted"
Tristemente este tipo de altercados no me sorprenden. Los egipcios puede que parezcan receptores de inmigrantes árabes sin ánimo de xenofobia, pero como en todos lugares, luego resultan muy poco solidarios y tolerantes con ellos. El tema palestino les llega muy dentro. Unos les tachan de hacerse las víctimas, otros de llegar y alzar la lucha desde Egipto, motivando un desorden social. Por su parte, los jóvenes han llegado a extender la moda del pañuelo palestino de todos los colores imaginables, las pijas llevan el rosa, los pijos el azul marino… Pero muy pocos de ellos participan activamente en la lucha continua por la apertura de Rafah. (Foto: ITXA. En el barco con la familia palestina.)
Bueno… el viaje…
La verdad es que las casi 20 horas de viaje dentro de Egipto fueron bastante sufribles. En El Cairo nos juntamos con una pareja de abuelitos. Ella, alejandrina y él, palestino. Ambos viven en Amman y habían pasado unos días en casa de la familia de la mujer con motivo del mes de Ramadán. Con ellos se completaba el círculo familiar.
Los abuelitos palestinos viajaban provistos de nevera, camping-gas y todo lo imaginable, por lo que no nos faltó en ningún momento un bocado que echarnos a la boca ni un agradable café turco que despertara nuestros aturdidos sentidos. He mencionado que estamos en Ramadán. Quizás sorprenda que estuviéramos casi en un pienso todo el viaje. Bueno, los compañeros de viaje eran todos musulmanes pero cuando se está realizando un viaje largo, el Islam excusa de ayunar a sus fieles. Cuando vuelvan a sus hogares recuperarán los días de ayuno perdidos.
Todavía recuerdo al pintoresco abuelo palestino: con sus pantalones estilo hippie de colores y su camiseta azul turquesa, no he visto a un abuelo que vista tan juvenilmente en mi vida, ni siquiera en España. Su voz solo la oí cuando había que hablar de política… estos palestinos son los árabes que más hablan de este tema, con diferencia.
Todo fue bien. A pesar de que estábamos agotados y el calor empezaba a apretar cuando llegamos a Nueba, pasábamos el rato hablando de la vida y de lo que íbamos a hacer al llegar a nuestros destinos. Hasta que apareció un señor bastante atípico. Con un Assalem wa Aleykom nos saludaba y comenzaba a entablar conversación con nosotros. Quise mantenerme fuera de ella, pero prestaba atención a lo que después se iba a convertir en una conversación bastante frustrante.
Contó que iba a recoger a unos señores que llegaban de Arabia Saudita y que él mismo había estado allí. Cortó su monólogo cuando vio sorprendido que todos estaban comiendo y bebiendo café. Dijo que un verdadero musulmán debe ayunar incluso durante los viajes. La abuela le contestó que éste era un viaje muy largo, razón que él rechazó tajantemente mientras comenzaba a ponerse un poco nervioso. Dijo que era uno de los estudiantes del Al-Azhar, universidad de El Cairo donde se forman muchos de los hombres religiosos del Islam, expertos en la hermenéutica coránica y la interpretación de los ahadiz, o hechos del profeta. Después del rollo que nos soltó, sacó de su cartera una tarjeta verde con la bandera saudita. Era miembro de una asociación wahabbista. Claro, ahora entiendo todo, me dije.
Cuando ya ni siquiera le estábamos escuchando, me miró y dijo: "¿Está casada?" Rania, la mujer palestina asintió rápidamente… "Sí, sí, sí…" Sé que lo hizo para protegerme. Aunque hubiera sido divertido ver cómo actuaba y qué me decía. Entonces, me dirigí a él por primera vez: "Pero si veo que usted ya estás casado…" Nos miró y se dibujó en su faz una sonrisa viciosa: "Sí, pero quiero casarme con una extranjera, ¿conocéis a alguna?"
Empezamos a reírnos y a reprenderle que nos hubiera dado el sermón para luego venirnos con estas historias. En fin. Éste es solo un ejemplo de muchos que nos podemos encontrar por ahí.
Rumbo a Jordania cruzando el Mar Rojo
Llevábamos 20 horas desde que salimos de Alejandría entre carreteras desérticas y montañas del Sinaí, esperas y papeleos burocráticos para salir de Egipto y embarcar en una de las lanchas rápidas que alcanzan Aqaba. Siempre es necesario llevar dólares en el bolsillo, en este caso, para pagar el barco que sale de Nueba en la costa egipcia del Mar Rojo. En total cuesta 70$ o 80$, dependiendo del tipo de barco y de clase. Te ponen el sello de salida del país (lo cual ya te han cobrado en el billete) y nada más. En unas escasas horas estás al otro lado del Mar Rojo, en Jordania.
Allí te encuentras con los primeros taxistas que intentarán sacar partido de tu bolsillo. En mi pueblo a este tipo de personas que te engañan constantemente con los precios se les llama usureros, pero bueno. Los ta-xis-tas son gente difícil de tratar, una raza aparte. Puede haber risas y colegueo, pero en contadas ocasiones esto significará que te cobre una cantidad razonable según distancia-gasolina. Muchas veces al preguntarte dónde vas a alojarte te recomiendan otro hotel. Esto es porque si consiguen que te alojes allí se llevan comisión.
Con uno de ellos terminamos pactando un precio asequible para llegar a Wadi Musa, la localidad cercana a Petra, el paraje arqueológico que más me ha impresionado hasta ahora. (foto: ITXA. Pueblo jordano)
Eran cerca de las 6.30pm, hora del Iftar o primera comida del día para el taxista que nos conducía a toda prisa nuestros primeros kilómetros jordanos. El paisaje jordano nada tiene que ver con la llanura egipcia. Jordania es un país más montañoso, árido y lleno de colores. El blanco de las casas se extiende por las laderas de la montaña como si fueran pinos. Caminar por las calles es una aventura física agotable, con subidas y bajadas vertiginosas. El pobre taxista paró en la entrada de una casa. Al poco rato salió un hombre mucho más mayor que él y me preguntó que si podíamos esperar unos minutos a que comieran y bebieran algo. Pensaban que yo era árabe algo que, por cierto, a veces me ha causado algún problema.A veces ocurre que muchos llegan a pensar que en España el árabe es lengua oficial... En fin.

Les comenté a los colegas de taxi lo que sucedía. Dos de los jóvenes nos miraron extrañados. "No os preocupéis, comerá en cinco minutos contados", añadí. Así que, invitados a un té y dulces, esperamos en una salita donde los niños miraban a los colegas de viaje con asombro mientras se reían y comentaban entre ellos cosas graciosas, seguramente sobre su color de pelo y sus ojos azules.

Ya en el hotel, me senté y pedí un zumo refrescante para beber. Sentía mis piernas entumecidas, mi cabeza estaba atontada y poco oxigenada. Menos mal que comprender el árabe jordano no resultó tarea difícil. El jovencísimo dueño del hotel nos proporcionó a todos alojamiento. Había que descansar, al día siguiente sería un día cargado de horas y horas de caminata por Petra.

7 de septiembre de 2009

El pueblo alejandrino contra McDonald’s






Un grupo de jóvenes alejandrinos ha decidido actuar en contra de la apertura de un McDonald’s al lado de la Biblioteca de Alejandría. “El verdadero desastre es que están utilizando el rincón más significativo que hay en frente del mar para eliminar el multiculturalismo, arrendándolo para los cafés ‘imperiales”.


El grupo tiene un breve anuncio publicitario. En este video se dice: Biblioteca Alejandrina con sabor a Kétchup… pronto en Alejandría.
Junio de 2009. Los estudiantes se pasean nerviosos con sus apuntes y sus libros debajo del brazo. Las clases finalizan y llegan exámenes finales. Más de diez mil adolescentes  estudian en el campus situado en enfrente de la Biblioteca de Alejandría. Comercio, Derecho, Bellas Artes, Literatura y Letras son los estudios a los que se puede optar en este distrito.
A eso de la una de la tarde muchos salen a comprar su almuerzo a los vendedores de calle, comida egipcia para comer de pie en la calle o sentado en cualquier sitio. Allí uno puede hacerse con un energético sándwich de pan pita con ful –judías con salsa- , o falafel –croquetas de habas con yogurt- o berenjenas con tahina –pasta de sésamo- por un par de guines  (no llega a cincuenta céntimos de euro por bocata). Al otro lado de la vía, justo encima de la grandiosa y novísima Biblioteca Alejandrina, está el Restaurante Hilton donde trabajadores, voluntarios europeos, turistas y también estudiantes, disfrutan de unos sándwiches un poco más elaborados y costosos.
Finales de junio de 2009. En uno de los extremos de la Biblioteca, al lado del paseo marítimo, comienzan a levantarse los cimientos de una nueva edificación. Nadie sabe qué se está llevando a cabo allí, tampoco se admiten preguntas. De repente, alguien menciona que están levantando los cimientos de lo que será un McDonald’s. ¿Otro más? ¡Pero si hace poco abrieron uno enfrente del Colegio de San Marc! Efectivamente son las bases del futuro McDonald’s de la Bib Alex. No era un rumor infundado.
Un nuevo colonialismo acecha. Se trata de las cadenas norteamericanas de comida rápida. Comida basura, pero asequible para bolsillos de renta media. KFC, Pizza Hut, Starbucks Coffee, McDonald’s… todos están presentes en Alejandría, sobre todo en los moles, los grandes centros comerciales, y las zonas turísticas. Nunca hasta ahora había habido una reacción semejante. Ha tenido que ser ahora, cuando uno de los iconos de esta ciudad se ve amenazado por una M roja gigante y un payaso de pelo rojo que te invita a combos con patatas fritas y coca cola. El McDonald’s ha ganado un enclave maravilloso con vistas al Mar Mediterráneo y a la obra arquitectónica más destacable del siglo XX.
Alejandrinos en contra del Mc Porquerías
Organizados entorno al Facebook, el grupo “Against McDonald's in Bibliotheca Alexandrina” ha conseguido congregar a más de 5.300 miembros, y la cifra crece cada día. Ellos discrepan en que sea necesaria la construcción de este establecimiento que solo motivará el impacto paisajístico y la tendencia a comer comida rápida, nada saludable. “Nuestra intención es expulsar al enemigo de la salud, de la sostenibilidad medioambiental y el multiculturalismo, de la Tierra de la Civilización, la plaza de la Biblioteca de Alejandría”.
 “Creemos que la Bib Alex no cambiará sus planes con Mc Porquerías. Sin embargo, pagarán por haber tomado semejante decisión. Estamos trabajando para hacerles pagar el precio”.
No solo estos jóvenes han reaccionado, también lo han hecho los intelectuales. El Doctor Mina Badie Abdulmalik, jefe del departamento de Ingeniería Matemática de la Universidad de Alejandría, escribía en el periódico independiente egipcio Al Masry Al Youm sobre este proyecto que según él se ha hecho de forma encubierta [la traducción es mía]:
 “Estado de pánico y miedo entre los intelectuales y educadores de Alejandría como consecuencia de una desconocida construcción, realizada en completo secreto, en la Biblioteca de Alejandría, salida cultural para el pueblo egipcio en particular y  el mundo civilizado en general. La noticia filtrada (…) de la construcción de estos procesos (…) es el establecimiento de una serie de restaurantes americanos e italianos en la entrada de la Biblioteca, en frente del Mar Mediterráneo, violando su diseño básico”.
Los restaurantes de comida basura están visibles en toda la ciudad. Muchas veces han intentado boicotearlos; sin ir más lejos, durante los ataques israelíes sobre Gaza del pasado invierno. El resultado: los egipcios dejaban de visitar estos establecimientos durante un tiempo para, luego, volver a tenerlos como comedor favorito. Al fin y al cabo, no todos están en contra de formar parte de la cultura americana, y no solamente son los egipcios los que comen allí.
No es fácil deshacerse de las garras de la globalización promovida desde los Estados Unidos, como tampoco es fácil levantar la voz contra esta situación. Ismail, uno de los organizadores del grupo anti McDonald’s que abiertamente nos ha explicado los por mayores y por menores de la causa afirma irónicamente: “viviendo en el ‘democrático’ Egipto, debemos ser suficientemente sabios para ejercer presión con el menor riesgo posible”.
La lucha contra el kétchup no ha hecho más que comenzar... es la batalla del Shawarma contra la Mc Hamburger.