A pesar de los estereotipos, en Arabia Saudita existen hombres que animan a sus mujeres a conducir; sin embargo, esta no es la tónica general y, ni mucho menos, el gobierno saudita está a favor de que una mujer se ponga al volante. Esto es lo que le llevó a Manal Al Sharif a prisión la pasada semana. Manal fue arrestada por conducir un coche, acto penado por un sistema político que en el artículo 7 de su constitución (aprobada en 1992) recoge que el Gobierno de Arabia Saudita se deriva el poder del Santo Corán y la tradición del Profeta.
Manal, a pesar de conocer los riesgos, lo hizo. Hoy sabemos que ya ha sido puesta en libertad.
Es esta una transgresión de las leyes sauditas que se ha repetido en otras ocasiones, como ésta que enlazo aquí donde se reivindicaba este derecho en el día internacional de la mujer. Ahora, de nuevo, coge fuerza con la campaña Women 2 Drive (Mujeres para Conducir) extendida ya a las redes sociales del Facebook (en árabe este otro grupo) o el Twitter. Muchos han sido ya los medios de comunicación que han hablado de esta campaña ayudando a difundir la lucha por los derechos de la mujer, tan castigados en el Reino de Arabia Saudita.
Como he dicho la reivindicación de este derecho ya es antigua. En 1990 un grupo de mujeres quisieron protestar contra la prohibición de conducir que se imponía a las mujeres, para lo que organizaron un desfile de coches conducidos por ellas mismas en la capital saudita. Por entonces esta práctica todavía no era ilegal pero la prohibición estaba establecida fuertemente en la sociedad como costumbre; sin embargo, después de los hechos, las autoridades terminaron prohibiendo imponiendo a las mujeres la prohibición de conducir a través de varias fatwas. Recomiendo leer el enlace porque es una buena forma de comprender a qué están sometidas "gracias" a sheikhs como Abdul Mohsen al-Obeikan.
¿Por qué ellas no pueden conducir?
Muchos sheykhs califican a las mujeres sauditas que quieren conducir como las occidentales como destructoras de la base de su religión (que en este caso es, además, la fuente de derecho y gobierno). Para los sauditas, el mejor gobierno es aquel que hubo en tiempos del profeta Mohamed, así pues, si en esa época las mujeres no conducían (camellos), ¿para qué lo van a hacer ahora? Dejo un video donde un sheikh explica esta teoría:
En este otro video Sheikh Khaled Yasem trata de convencer a la audiencia de que las mujeres no deberían conducir por el simple motivo (es el ejemplo que él da) de que si una mujer conductora se viera con el coche averiado en medio de ninguna parte esta tendría que pedir ayuda a un hombre. El hombre tendría que pararse a ayudarla y esto -según el Sheikh Khaled Yasem- es pecaminoso; es absolutamente negativo para la reputación de una mujer que se deje ver en compañía de un hombre desconocido:
Manal, la mujer saudí que ha sido arrestada fue entrevistada en 2007 por la mbc, el grupo panarabista mbc es el dueño del periódico Al Arabeya. En esta entrevista Manal habla de su trabajo como encargada de IT de una compañía petrolífera bastante importante.
Manal es, además, según la blogger de Saudiwoman's Weblog, miembro de la tribu descendiente de la familia del profeta del Islam. Con lo que quiero decir que Manal no es una mujer saudita "cualquiera". ¿Qué habría pasado si una mujer saudí "normal" hubiera desafiado la ley? Seguramente la pena hubiera sido mucho peor.
Manal es, además, según la blogger de Saudiwoman's Weblog, miembro de la tribu descendiente de la familia del profeta del Islam. Con lo que quiero decir que Manal no es una mujer saudita "cualquiera". ¿Qué habría pasado si una mujer saudí "normal" hubiera desafiado la ley? Seguramente la pena hubiera sido mucho peor.
La vida de las mujeres en Saudi Arabia no es, lo que se dice, fácil. En 2008 escribí un post sobre ellas donde explicaba y comentaba un documental: Mujeres de Arabia Saudí:
Video 1:
En esta primera parte vemos cómo la periodista tiene que adoptar las costumbres sauditas de vestimenta (ponerse el conocido'abaya negro que cubre cabeza y cuerpo) y desplazarse siempre acompañada por un hombre, en su caso, un señor escolta que le proporciona el gobierno y que será puente de comunicación entre ella y cualquier hombre.1er choque: el vestuario. Incómodo y caluroso. 2º choque: a la hora de comer sólo podrá acceder a las zonas especiales para mujeres. 3er choque: se da cuenta de que en Arabia Saudí las mujeres se encuentran toda su vida en plena sumisión hacia el hombre. Si son solteras, dependen de su padre; si están casadas, de su marido; y, si son viudas, de sus hijos. Las mujeres no pueden tener DNI ni pasaporte, tampoco ir a ciertos lugares, como un hospital por ejemplo, sin el permiso de éstos sus guardianes.4º choque: primer encuentro con las autoridades, en este caso, la policía religiosa o moral que le transmiten, a través de su escolta por supuesto, que no están de acuerdo en que vaya por ahí llamando la atención con una cámara. Pero al final le dejan continuar con su trabajo. 5º choque: maltratos ocultados. Muchas mujeres son golpeadas y maltratadas por sus maridos (bueno, esto también pasa en otros países). Hace un tiempo una famosa saudí decidió publicar sus fotos en el hospital tras una paliza asestada por su marido. Le aprobaron el divorcio. Hoy en día el 50% de los matrimonios en Arabia Saudí terminan en divorcio, un derecho que el Corán reconoce pero que en este país se convierte en una carrera de obstáculos para la mujer.6º choque: ¿cómo podrá haber reformas si en este país está prohibido criticar al gobierno? Además, las reuniones de más de 20 personas necesitan de una orden gubernamental especial.7º choque: Hay elecciones municipales y 3 son las mujeres que se han presentado candidatas pero no quieren hablar con la periodista por miedo. Finalmente, una de ellas acepta y es la segunda entrevista en la que aparece el controvertido tema sobre el problema y limitación que el periodo (la menstruación) supone para las mujeres a la hora de desarrollar ciertos derechos. Esta no es la opinión de la candidata, sino de muchos hombres (y mujeres) en este país.8º choque: periodista y mujer, la mezcla maldita. Entrevista a una de las pocas periodistas que existen en este país (de las que escriben, no de las que ponen la cara bonita en la televisión). Imaginad por un momento cómo sería trabajar para un medio y cada vez que necesitárais hacer una llamada o escribir un email (unas 20 veces cada mañana, vamos) tuviérais que hacerlo a través de la mediación de un hombre. Aunque recientemente esta norma se ha suavizado un poco en el caso de las periodistas que estén ejerciendo su profesión. 9º choque: entrevista frustrada con la sociedad nacional de Derechos Humanos. Primero, le niegan el paso en la puerta por ser mujer. Tiene que entrar por la puerta especial para las mujeres. Después el delegado no accede a la entrevista porque piensa que una mujer hablaría mejor sobre los derecho de la mujer. Una vez que consigue hablar con una mujer, ésta tampoco acepta ser entrevistada porque está en contra de su religión!El documental termina con una sensación un poco extraña. Sobre todo con respecto a las nuevas generaciones, mujeres jóvenes que se esfuerzan por sacar adelante una familia y un título universitario. El problema es que, al final, este título se queda cogiendo polvo en el armario.Además, en las elecciones municipales que se mencionan ni siquiera les está permitido a las mujeres votar...La propuesta de fortalecer y conseguir la igualdad de los derechos de la mujer en países árabes con modelos más aperturistas y progresistas que les permitan acceder libremente a la educación, por ejemplo, algo que para ellos se convierte en sinónimo de igualdad, se queda en una vaga propuesta.
Y repito lo que entonces dije: ¿no se debería también educar a los hombres para avanzar más rápidamente?