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28 de febrero de 2011

Tahrir, ¿por dónde empezó?

Tahrir, liberación en árabe... Una plaza memorable con un nombre para recordar. Ahora más que nunca. Sin embargo, la liberación todavía no ha llegado. Ha llegado el inicio de la lucha, de una yihad para todos y cada uno de los habitantes de Egipto.

En los años 2000, 2006, 2007 y 2008 se produjeron movimientos de protesta que quisieron acercarse a lo que ha sido enero de 2011. ¿Por qué no tuvieron éxito entonces? Salieron con fuerza pero el miedo es el peor enemigo, y con razón porque no hay nada más tenebroso que no poder dar de comer a tus hijos.

Tahrir 2011 ha sido un lugar, el 25 de enero una fecha. Seguro que de esto nos acordaremos, pero lo que hay que recordar son las personas que han perdido su vida en las protestas. No hay que dejar a un lado, tampoco, la lucha de Mahalla, un pueblo cuyos habitantes llevan años levantándose contra el sistema. Y eso nadie lo sabía en  Occidente. Hay que hacer ruido y tiene que correr la sangre. Por desgracia, así es.
Existen jóvenes egipcios que escriben y publican cosas mil veces más interesantes que lo que están escribiendo más de la mitad de los periodistas.

Foto: 6 de abril de 2008 en la plaza Tahrir. Foto de Itxa.
Se ven varios camiones antidisturbios que en ese día salieron por toda la ciudad a sofocar las protestas.

11 de febrero de 2011

Mubarak deja el gobierno egipcio

Sin palabras. Solo alegría y euforia... Habrá que ir pensando en cómo evitar que las fuerzas armadas acaparen todo el poder. Mubarak deja el gobierno, se marcha.

¡Viva Egipto libre y Viva el pueblo egipcio!


19 de enero de 2011

Subida de precios... ¿estallará la revolución en Egipto?

Esta fotografía de Mohamed Abd Al Ghany, periodista de Al Masry Al Youm fue tomada el 23 de octubre de 2010. Los manifestantes protestan por la subida de los precios en Egipto y portan pancartas donde se puede leer: "La (ley de) emergencia es el verdadero terrorismo" o "Egipto en peligro: los precios (están que) arden".

En realidad, la subida de los precios en Egipto vienen dándose -al menos- desde 2007. Fue ese el año en el que llegué a ese país y fui testigo de innumerables hechos que corroboraban el descontento (y la impotencia) popular. Recuerdo, por ejemplo, una fila larguísima de coches que a las 2 de la madrugada esperaban en una gasolinera la llegada del último camnión cisterna que portaba el gasóleo con el precio "antiguo". 

En 2008, volvimos a sufrir una subida de precios. La gente volvió a salir a la calle a manifestarse y el 6 de abril, el día de la Huelga General, llegaba a su segundo año de celebración. Sin embargo, a pesar del descontento acumulado, el 6 de abril no tuvo éxito. Como tampoco pareció tenerlo en 2009 o en 2010. Fue más el impacto mediático que quisieron darle algunos que lo que se logró conseguir. 

Hoy la revolución tunecina se observa desde Egipto como un ejemplo a seguir. ¿A seguir? Dudo realmente que algo pueda suceder del mismo calibre en la tierra del Gran Faraón. La verdadera revolución sería aquella que cambiara finalmente el sistema electoral egipcio y lograra modificar la constitución. Sin embargo, la susodicha Ley de Emergencia egipcia, que ha acompañado -como si de un perrito se tratara- al presidente Mubarak durante su largo mandato, es intocable.

18 de enero de 2011

El despertar de Oriente Medio


“Los hombres están soñando y cuando mueren, despiertan” 

Esta frase, que nos parecería dicha por un existencialista, queda patente para los musulmanes como una frase dicha por su profeta Mohammed durante la Noche del Destino en la que recibió la revelación a través del ángel Gabriel (Yibril).

Quedémonos con ese Morir y despertar.

“¡Morir..., dormir! ¡Dormir!...¡Tal vez soñar!”

Esta, en cambio, está extraída de Hamlet, la gran obra de Shakespeare que nos invita a participar en el pensamiento más determinista, ¿qué hay  después de la muerte?

Yo invito a pensar y reflexionar sobre lo que Mohamed Bouazizi pensó que podría ocurrir tras prenderse fuego el pasado 17 de diciembre en Túnez para protestar porque la policía le confiscó su carrito de frutas y legumbres. ¿Pensó realmente en que iba a dar lugar al despertar de un país entero?

¿Qué hay después de la muerte de un país

Con esta cuestión me refiero al abandono de una carrera dictatorial de más de veinte años de existencia. ¿Qué puede suceder ahora en Túnez? Y ¿Cómo puede esto afectar al resto de países sepultados hace años por dictaduras? Las  virulentas consecuencias de la revolución tunecina ya se han dejado ver por otros países: un mauritano, tres egipcios, otros cuatro argelinos... han prendido fuego a sus cuerpos tomando como ejemplo el del joven Mohamed Bouazizi.

Morir o dormir. Esa es la cuestión que se han hecho, quizás, muchos egipcios, mauritanos, argelinos, yemeníes, etc. Porque pertenecer a un pueblo esclavizado por sus políticos, que solo puede vivir el día a día en una rutina inhabilitada de libertad y participación es, sin duda, un sufrimiento que muchos desconocemos. Morir por cambiar el rumbo de tu país y de los tuyos en una opción drástica, pero ya saben que en Túnez ha valido la pena. Dormir sería continuar como estaban. Un status quo con el que ni ganan ni pierden, simplemente siguen en un estado de somnolencia que les ayuda a vivir el día a día sin hacerse preguntas sobre sus derechos, sin poder hacer un balance de lo que podrían tener si todo fuera de otro modo. En términos coránicos se podría decir que el joven tunecino tuvo una revelación… 

Es cierto que otros deciden abandonarlo todo. Vemos que a nuestras costas llegan cada día decenas de inmigrantes. Los que tienen dinero pueden tomar un avión y marchar a Londres o Estados Unidos. Casi ninguno de estos perfiles vuelve a casa inmediatamente.
La revolución del jazmín, como la llama Rafael Díaz Arias en Periodistas en Español, ha provocado un pequeño caos en Oriente Medio. Al menos, ha tambaleado el intocable e inalcanzable Poder. Pero cuando se trata de sembrar el miedo y la incertidumbre entre los gobiernos de esta zona del planeta se trata paralelamente de un recorte de derechos civiles, de un control aterrorizante y de abuso del poder.

En el periódico egipcio Al Marsy Al Youm leemos sobre las medidas drásticas que se están tomando en países como Kuwait, Arabia Saudita, Siria o Jordania (donde varias de las protestas están siendo lideradas por los islamistas) . Los intentos por mantener a la población sin ánimo de revueltas llevan a los políticos a pronunciar declaraciones absurdas y promesas de estabilidad económica. En Sudán, por ejemplo, las autoridades decidieron arrestar a Al Turabi, portavoz del Partido Popular del Congreso, por –según cuenta Al Jazeera- incitar a la revuelta popular. 

Ante esta pequeña anarquía nadie sabe decir con seguridad qué ocurrirá. Yo, personalmente, comparto el pesimista (pero realista) punto de vista de Robert Fisk: Bloodshed, tears, but no democracy. Bloody turmoil won’t necessarily presage the dawn of democracy  [Derramamiento de sangre, lágrimas, pero no democracia. La agitación sangrienta no necesariamente será presagio de la aurora de la democracia].

Como tampoco creo que lo mismo vaya a ocurrir en Egipto, ni siquiera después de todo lo que está ocurriendo: el atentado de Año Nuevo contra coptos, el asesinato en un tren de un cristiano (y un musulmán), el ataque a cristianos de un monasterio… Cierto es que existen similitudes con Túnez. Lo explica Galal Amin, profesor de economía en la Universidad Americana de El Cairo, para Le Monde:

 "Se trata de dos dictaduras, en que el poder es monopolizado por una camarilla que se aisló del resto de la población. Las libertades están restringidas, los opositores detenidos y a menudo torturados. La corrupción rampante es otro punto en común, y la evolución económica. En ambos casos, el ajuste estructural llevado a la liberalización del comercio, el fomento de la inversión extranjera y la privatización, ha provocado desempleo y la ampliación de la brecha entre la minoría rica de la mayoría pobre".
Pero incluso él dice no a una posible revuelta en Egipto de la misma magnitud que la tunecina. 

A muchos nos puede dar la sensación de que este pequeño levantamiento popular de oriente será aprovechado por los islamistas. De momento, en Túnez, el líder de este movimiento Rachid Ghanuchi no podrá volver si no se establece una ley de amnistía. Y puede que sea así como  logren mantenerle fuera del país. 

En Egipto los Hermanos Musulmanes han estado siempre muy cerca del pueblo, y cuando hablo de pueblo me refiero a las familias desfavorecidas, pueblo –digo- porque son la grandísima mayoría de Egipto. Esta hermandad es uno de los grupos islamistas más fuertes, también en Jordania, donde están llevando a cabo manifestaciones junto a sindicatos y grupos de izquierdas.

Pero con esto, hay que ir con mucho cuidado. 

No podemos olvidarnos de las “otras” crisis que están siendo portada en los medios: la de el Líbano y Palestina. En Gaza, las tropas israelíes han penetrado por el sur de la ciudad donde han demolido varias estructuras. Una vez más se escuchan trompetas de guerra. En el Líbano, el líder del Partido de Dios (Hezbolá) ha dicho no al gobierno de Saad Hariri provocando la caída del gobierno.

Este es oriente medio hoy en día.

4 de junio de 2009

Ya está aquí Obama... reflexiones antes del discurso

foto: de Al Jazeera
Aunque Estados Unidos siempre ha visto el futuro democrático egipcio (y del resto de países de Oriente Medio) con mirada escéptica, Obama va a proclamarse puente de paso hacia la democracia, los derechos humanos, la convicción de que el mundo occidental no está reñido con el mundo musulmán, que solamente lo está con la llamada guerra santa de los fundamentalistas violentos.
Anteriormente, en 2003, Bush lanzó al mundo su mensaje de que iba a dar comienzo una estrategia por la libertad y la democracia en Oriente Medio. La invasión de Iraq se hizo con este pretexto: el de la democracia. En 2004 y 2005, Bush se dirigió al gobierno egipcio pidiendo democratización. Tras esto, Egipto permitió a la oposición presentarse a las elecciones, con unas campañas electorales más o menos libres. Sin embargo, estas elecciones - las anteriores elecciones de 2005- escondieron mil y una prácticas que evitaban derrocar al presidente en el poder desde 1981.
Estados Unidos mantiene su apoyo económico con Egipto. Según Bruce K. Rutherford en su libro Egypt after Mubarak (Egipto después de Mubarak) en 2006 envió una cantidad de $62 billones de dólares nominales para asistencia económica y militar.
Si toda esta fanfarria de despliegue de medios es para rescatar los derechos humanos y la democracia en esta parte del mundo, esperemos que así sea, aunque el presidente egipcio haya decidido no estar presente en el discurso de Obama que tendrá lugar en la Universidad de El Cairo. Es interesante ver cómo piensan los propios egipcios sobre los esfuerzos de EE.UU. hacia la democratización de su país, según encuestas realizadas por Gallup. Las esperanzas se volvieron más negativas en 2008 con respecto a la encuesta realizada en 2005. Gallup preguntó si EE.UU. hablaba en serio sobre el establecimiento de un sistema democrático en Egipto, a lo que el 75% dijeron que no (frente al 63% de 2005), solo uno de cada 25 egipcios estaban de acuerdo con que EE.UU. iba en serio.
El mundo árabe tiene un 38% de población joven, esto se traduce en que –sino ahora- dentro de muy pocos años cada país tendrá que ofrecer trabajo a un gran porcentaje de la población. Nosotros, desde los medios de comunicación, podemos ver los problemas globales: falta de democracia, de coerción de intelectuales (que son acusados de apostasía), desigualdad entre hombre y mujer, y falta de libertad en prensa… etc. Obama llega con su voz en alto apuntando a la necesidad de abordar estos puntos. Sin embargo, tendrá que ser muy tenaz con su política y tener en cuenta que los movimientos islamistas (Hermanos Musulmanes o Hamas) han surgido como respuesta a problemas más locales.
Todavía se confunde islamismo violento con el que no lo es, Al Qaeda con movimientos de resistencia. Tras los ataques del 11-S, enseguida casaron la idea de terrorismo islámico con anti-americanismo. Y, poco a poco, se fue reconstruyendo la idea de que no puede existir una democracia con Islam. En el caso egipcio, donde conviven leyes seculares con la sharia o ley islámica el problema no está en la religión, sino en el control del poder. Por esta razón los grupos pro-derechos humanos se le echaron encima a Obama cuando anunció que su discurso iba a ser en Egipto. De todos modos, la mayoría de los países donde está implantada la ley islámica son, en su mayoría, aliados de Estados Unidos.
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