Estamos siendo testigos de cómo en Israel se levantan nubarrones y nervios crispados por convocar elecciones para llevar a cabo, como dijo el sucesor de Sharon, Ehud Olmert "una regeneración moral y ética de la sociedad israelí". Suena bien, ¿no? Viniendo de un hombre que parece estar “arrepentido” después de recibir cantidades importantes de dinero, “contribuciones” que se llaman, si bien en mi pueblo se les llama sobornos, del judío millonario estadounidense Morris Talansky.
Pero bueno, como ya estamos más que saturados con la historia de siempre de relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Israel (y no teniendo, todavía, una voz israelí que pueda darnos otra impresión diferente), vamos a cambiar a un escenario que parece estabilizarse por momentos. Beirut.
Beirut, capital del Líbano. El país de los cedros veía cómo lentamente, en cuestión de meses, iba alcanzando la inestabilidad. Medio año sin presidente. Elecciones postergadas una y otra vez; la oposición envalentonada y atrincherada en carreteras que cortan la mejor vía de escape, los aeropuertos; una ciudadanía que, a pesar de los malos tragos que la historia ha llevado a este pequeño gran país, sigue sonriendo y mirando con esperanza su futuro.
El jefe del Ejército, Michel Suleiman, gobernará el Líbano hasta las elecciones de mayo de 2009. La milicia chií, a través del secretario general de Hezbollah, Hasan Nasrallah, declaró su apoyo al nuevo presidente con un mensaje (firme y batallador) emitido por televisión y radio. Hezbollah (que significa el Partido -Hezb- de Dios –Allah-) también cerró un acuerdo con Israel: intercambio de prisioneros, la libertad de los dos soldados israelíes secuestrados en julio de 2006 a cambio de Samir Kuntar y otros cuatro miembros de Hezbollah presos en Israel.
El periodista israelí Bradley Burston lo pronosticaba: liberar a Samir Kuntar es liberar a soldados israelíes y, por ende, devolver la paz y la alegría a sus familias.
Algo más terrorífico se huele en la red voltairenet.org, la sospecha sobre conspiraciones estadounidenses maquiavélicas en su guerra contra el terrorismo en esta parte del planeta: Estados Unidos y sus intereses estratégicos o cómo provocar guerras, si Hearst estuviera vivo seguro que les echaba una mano.
Terror, sobornos y conflictos a parte, el periódico Dar Al Hayat habla de un verano prometedor, sobre todo si el turismo árabe y extranjero vuelve a los hoteles. Con la Renaissance del centro de Beirut, con bancos, cafés, restaurantes y tiendas abiertas, ya se preparan para organizar eventos culturales que levanten el entusiasmo y la gravidez del asunto. Aunque el resentimiento sigue vivo entre chiís y suníes, a veces dentro de una misma familia. Sin mencionar la también resentida economía de un país cuya labor primordial ahora será atraer inversiones como sea.
Renacer… una vez más.
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El huevo en el nido/ El renacer de una nación
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