Al norte de Damasco, a unos escasos 40 minutos por carretera, se asienta un pequeño pueblo llamado Ma'loola. ¿Qué se me ha perdido a mi en este pueblo, se preguntarán? Pues se trata, nada más y nada menos, que uno de los pueblos de esta región de Siria donde sus habitantes todavía hablan en arameo, la lengua que hablaba Jesucristo. (Foto: ITXA. Maa'loola)
Así pues, mi último día en este país que ha sido motivo de hasta 9 post en este blog, decido pasarlo en esta tranquila (y casi mística) población siria.
Ma'loola, Bakha'a y Juba'adin son tres localidades situadas en las montañas de Kalamoun. Además de sus habitantes, que tienen la peculiaridad de hablar arameo antiguo (aunque no lo escriben), entre ellos conviven algunos orientalistas que llegan para conocer esta sacra lengua. Por supuesto, yo ni soy orientalista ni soy especialista en etimología semítica, pero no puedo marcharme de este país sin oir la lengua que hablaba Jesucristo, la lengua con la que se escribieron varios de los sagrados libros (como el de Daniel, Aramia, Azra y Nahum o el Talmud).
Para empezar la visita, compro un libro explicativo del arameo en uno de los monasterios. No parece mucho más complicado que el árabe y comparten muchas cosas, si bien con más de 3.000 años de antiguedad, es hermana del hebreo y del propio árabe. Como todas las lenguas, tiene también sus variantes conformadas en diferentes dialectos y, desde el siglo VIII a.C. fue la lengua más hablada de Oriente Medio por su simplicidad y claridad hasta la llegada del Islam.
Pues sí. De esto hace muchos miles de años, pero hoy en día, en pleno siglo XXI todavía tienen la oportunidad de escucharlo. Paseando por las calles un hombre me pregunta si quiero oir algo.
Asiento. "Adelante, amigo". Y de todo lo que va diciendo creo escuchar un "me gusta", muy cercano al árabe (dijo que le gustaba mucho España).
Sigo consultando el libro sobre arameo y veo la imilitud que existe entre el alfabeto arameo y el fenicio... y... ¡las runas!
Sí. Siempre me han gustado los alfabetos antiguos, las lenguas muertas y las historias paganas. De todo un poco. Con esto me queda más claro que las runas (la escritura que utilizaban los pueblos germánicos en los siglos I y II) pueden tener su raíz en la lengua semítica. (Foto: ITXA. Maa'loola en motocicleta, de fondo una de las antiquísimas casuchas)
Después de pasar una horas empapándome de historia, filología y teología, estoy de nuevo en Damasco. Cogemos el avión de vuelta al Cairo. Con solo una hora y media de viaje a lo que te ofrecen el aperitivo ya te lo están retirando del asiento para desembarcar. Se acabó la aventura siria...
Y, sentada encima de mi incómoda mochila de montaña, estoy de vuelta a Alejandría en el tren. No había billetes, pero siempre puedes colarte dentro y sentarte en uno de los rellanos que hay entre vagón y vagón y pasarte las dos horas de pie, o sentada como puedas, pensando en los ratones que desde el asiento se ven tan graciosos, pero desde aquí abajo no tanto.
2 comentarios:
Realmente maravilloso, amiga pagana. Das envidia, la verdad. Espero que estés contenta, que sonrías mucho y que disfrutes de tu experiencia. Quiero que te cuides mucho, ¿vale? Besos y gracias por la lección sobre Siria.
Hola.
Muy interesante tu blog, y además me trae muchos recuerdos de mi etapa oriental, en El Cairo. Te añado a favoritos para visitarte de vez en cuando.
Saludos.
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