28 de junio de 2008

Refugiado y sin pasaporte

Hoy me ha tocado hacer cola para actualizar mi pasaporte con el visado que me permita estar en Egipto unos meses más antes de la visita a España. Mientras esperaba de pie y hablaba con mi compañera de trabajo (y amiga), una vasca que ha estado viviendo por estos lares alrededor de cinco añazos, observaba con detenimiento a 'mis iguales'. Digo esto porque, a vistas burocráticas, cuando se trata de echar el sello creo que todos sentimos esa mieditis de no ser aceptado por más tiempo en ese país (por X razones) o, simplemente, por la condición de ser inmigrante.
Así pues, veía pasaportes verdes sudaneses que son sin duda los más entre la inmigración de este país, pero hoy sobre todo habían palestinos. Y las dos nos hemos quedado pensativas, mirádolos... y hemos pensado lo mismo: "¡Qué triste es tener que estar sellando toda tu vida!".

En Egipto podemos encontrar refugiados de más de 35 países diferentes. Los palestinos conforman la mayor comunidad en el mundo que no tiene un Estado. Se calcula que en Egipto son alrededor de 50.000 los palestinos refugiados, pero claro, lo que yo ví esta mañana no era un pasaporte como dios manda... no... era el llamado Documento de Viaje para Refugiados, que es lo que les ofrecen países como Egipto, Líbano, Iraq o Siria. Lo que significa que no tienen derechos plenos como ciudadanos y, con conflictos políticos de por en medio, pueden llegar a perder muchos de los derechos (salud, educación...) que garantizan una vida digna. Solo Siria mantiene vivo ese carácter que pretendía el dichoso protocolo de Casablanca (1965) para el tratamiento de refugiados palestinos en países árabes.

La UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas encargada de velar por estos refugiados en el Cercano Este, es una de las pocas instituciones que va pasando lista y tratando de mantener el principio de los Derechos Humanos antes que la política y los intereses económicos.

Claro que, existen muchos campos de refugiados pero no creo que en la franja de Gaza sea el mejor sitio para vivir. Sobre todo si no hacen más que bloquear -ahora viene siendo hace dos años- el paso de alimentos y fuentes de energía que hace que, por ejemplo, los hospitales se queden sin electricidad. ¿Se imaginan?

Y, si de bloqueos hablamos, pensemos... ¿Qué ha sido de esos estudiantes palestinos en el extranjero que volvieron a casa (a los territorios Palestinos) por Navidad? Pues que muchos no han podido terminar este año sus estudios, debido al bloqueo.

Artículo también publicado en:
http://www.mundoarabe.org/refugiado_y_sin_pasaporte_isable.htm

24 de junio de 2008

Siria (Cap. final). La lengua que hablaba Jesucristo sigue viva en Siria

Al norte de Damasco, a unos escasos 40 minutos por carretera, se asienta un pequeño pueblo llamado Ma'loola. ¿Qué se me ha perdido a mi en este pueblo, se preguntarán? Pues se trata, nada más y nada menos, que uno de los pueblos de esta región de Siria donde sus habitantes todavía hablan en arameo, la lengua que hablaba Jesucristo. (Foto: ITXA. Maa'loola)

Así pues, mi último día en este país que ha sido motivo de hasta 9 post en este blog, decido pasarlo en esta tranquila (y casi mística) población siria.

Ma'loola, Bakha'a y Juba'adin son tres localidades situadas en las montañas de Kalamoun. Además de sus habitantes, que tienen la peculiaridad de hablar arameo antiguo (aunque no lo escriben), entre ellos conviven algunos orientalistas que llegan para conocer esta sacra lengua. Por supuesto, yo ni soy orientalista ni soy especialista en etimología semítica, pero no puedo marcharme de este país sin oir la lengua que hablaba Jesucristo, la lengua con la que se escribieron varios de los sagrados libros (como el de Daniel, Aramia, Azra y Nahum o el Talmud).

Para empezar la visita, compro un libro explicativo del arameo en uno de los monasterios. No parece mucho más complicado que el árabe y comparten muchas cosas, si bien con más de 3.000 años de antiguedad, es hermana del hebreo y del propio árabe. Como todas las lenguas, tiene también sus variantes conformadas en diferentes dialectos y, desde el siglo VIII a.C. fue la lengua más hablada de Oriente Medio por su simplicidad y claridad hasta la llegada del Islam.

Pues sí. De esto hace muchos miles de años, pero hoy en día, en pleno siglo XXI todavía tienen la oportunidad de escucharlo. Paseando por las calles un hombre me pregunta si quiero oir algo.

Asiento. "Adelante, amigo". Y de todo lo que va diciendo creo escuchar un "me gusta", muy cercano al árabe (dijo que le gustaba mucho España).
Sigo consultando el libro sobre arameo y veo la imilitud que existe entre el alfabeto arameo y el fenicio... y... ¡las runas!

Sí. Siempre me han gustado los alfabetos antiguos, las lenguas muertas y las historias paganas. De todo un poco. Con esto me queda más claro que las runas (la escritura que utilizaban los pueblos germánicos en los siglos I y II) pueden tener su raíz en la lengua semítica. (Foto: ITXA. Maa'loola en motocicleta, de fondo una de las antiquísimas casuchas)
Después de pasar una horas empapándome de historia, filología y teología, estoy de nuevo en Damasco. Cogemos el avión de vuelta al Cairo. Con solo una hora y media de viaje a lo que te ofrecen el aperitivo ya te lo están retirando del asiento para desembarcar. Se acabó la aventura siria...

Y, sentada encima de mi incómoda mochila de montaña, estoy de vuelta a Alejandría en el tren. No había billetes, pero siempre puedes colarte dentro y sentarte en uno de los rellanos que hay entre vagón y vagón y pasarte las dos horas de pie, o sentada como puedas, pensando en los ratones que desde el asiento se ven tan graciosos, pero desde aquí abajo no tanto.

Siria (cap 8). Aleppo y la Ruta de la Seda

Aleppo se encuentra al norte de Siria. Cuando Palmira fue destruída, se convirtió en una de las ciudades más importantes y más ricas por las caravanas de comerciantes provenientes de Asia, siguiendo la conocida Ruta de la Seda.
(Foto: ITXA. El khan, hoy en día los coches vienen a sustituir a los camellos)

Si de Damasco cabe destacar sus zocos, de Aleppo destacaría sus 'jan' (o khan) situados siempre muy cerca de los zocos. Éstos eran los lugares de paso donde los mercaderes descansaban antes de continuar su ruta. Constan de un patio exterior, donde se dejaban camellos y mercancías, rodeado por un primer piso con habitaciones donde los viajantes pasaban las noches.

Entre estas callejuelas de zocos y 'jan', hay también algunos 'hammam', que vienen a ser baños públicos para limpiar cuerpo y mente. En Europa los conocemos como baños turcos y en Oriente Medio éstos siguen siendo tan populares como hace 5 siglos. Al llegar al hammam Yalbougha an-Nasry, en frente de la ciudadela de Aleppo, observo su magnífica arquitectura. Construído en 1491 (pero reformado hace poquito) todavía se mantiene activo. Hay franjas horarias y ciertos días de la semana que delimitan la separación de uso para hombres y mujeres.
(Foto: ITXA. Hammam Yalbougha)


He tenido mala suerte, ahora está cerrado por ser martes.

El último paseo en esta ciudad, un poco más conservadora que Damasco, es el uno de sus verdes parques públicos. Son las 7 de la tarde y con el sol bajo parece que media Aleppo se ha animado a dar un paseo y a sentarse bajo las refrescantes sombras de los sauces.

Me dirijo a una salida que debería llevar al restaurante Córdoba. No sé. Me ha venido la añoranza. Todavía dentro del parque paso por un cartel conmemorativo, voy leyendo: la parte de arriba está en árabe pero los ojos se me van hacia la parte de abajo, claro, ¡está en español! Me río, otra casualidad. (Foto: ITXA)

Pero el restaurante Córdoba está cerrado.

Siria (cap 7). Los Cruzados y Salah El-Din


A la mañana siguiente un grupo de turistas cogemos un microbús desde el hotel para ir a Crac de Chevaliers (Crac de los Caballeros o en árabe Qalat al-Hosn). Por el camino me quedo encantada con los paisajes montañosos, a veces verdes, otras marrones, depediendo del cultivo que se extienda. En Siria el porcentaje de tierra de pasto y esteparia asciende al 45%, un 3% es bosque y un 33% es cultivable. El restante 20%, como se podrán imaginar, es desierto. Si bien, este país cuenta con abundantes lluvias (concentradas entre octubre y mayo) en zonas costeras al Mediterráneo, además de contar con el caudal del río Éufrates que se convierte en la fuente de irrigación más potencial.
(Foto: ITXA)


Desde el microbús puedo divisar mucha viz, de esta parte de Siria es conocido el buen vino de los sacros monasterios, el ganado ovino pastorea acompañado de burro, perro y, bien chaval bien moza, buscan para su rebaño zonas de alimento alejadas de las canteras. Entrando en los pueblos me fijo en que la maquinaria agrícola no está nada mal, aunque por supuesto continúa pesando la recolecta manual (hombres, mujeres y niños por igual).

Paramos a repostar en una gasolinera y pregunto al conductor a cuánto se ha quedado la gasolina por esta parte del mundo, después de la escalofriante subida del 10%: "ahora esta a 45 liras el litro". Hace dos años estaba a 25.

Poco a poco se va divisando la fortaleza de Crac de Chevaliers, el castillo que el emir de Aleppo construyó en 1031 pero que después tomarían los Cruzados como sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalem. Vale. Hagamos una cosa, antes de empezar con la historia... Visualicemos la película del Reino de los Cielos puesto que es en este contexto donde podemos situar este favuloso castillo. (Foto: ITXA. Crac de Chevaliers)

Los cruzados tuvieron que hacer frente a numerosos ataques de sus vecinos musulmanes (hasta 12 asaltos dicen los historiadores), al final, claro esta, los Cruzados decidieron desistir y seguir su camino a Jerusalem. Uno de los atacantes del castillo fue Yusuf Salah-El Din, o Saladino, el 'unificador de fé'. En Damasco se puede encontrar una de las estatuas dedicadas a este señor que luchó fervientemente contra las Cruzadas provinientes de Europa y logró recuperar Palestina del Reino de Jerusalem. Tras este hecho, fue cuando Ricardo I de Inglaterra, Ricardo Corazón de León, dio comienzo su mítica Cruzada (la tercera), la que todos conocemos de sobra.

Qué lejos se ven estos confrontamientos y qué cerca se deja ver desde este castillo las actuales guerras y continuos ataques que en Oriente Medio protagonizan unos y otros, unos con el negro disfraz de cruzados y otros con la túnica también ensangrentada. De momento, en las noticias se lee la paz en los titulares, pero nadie sabemos si al firmarla se cogerá la pluma lo suficientemente fuerte y firme.
(Foto: ITXA. Crac de Chevaliers)

22 de junio de 2008

Siria (cap 6). Hama, norias que ya no se mueven

Terminados los días en Palmira, el próximo destino "planeado" (así, entre comillas como diría mi silenciosa compi de escapadas) es Hama. Y llegamos con las equivocaciones del turista en un nuevo país. Tengo que decir que la Lonely Planet deja mucho que desear y a veces se vuelve muy confusa. Lo que ocurre es que como no controles un poco el árabe, es más confuso todavía moverte por estos lares. Y añado: la gente que lo hace sin saber ni una pizca de este idioma, merece una ovación.

Tras horas de viaje en autobús, aguantando ya un calor seco sequísimo que por lo menos te libra de tener que preocuparte de si hay servicios o no (porque no necesitas ir de lo tanto que sudas), Hama se presenta ante nuestros ojos. Al principio, como una ciudad normal y corriente, pero todavía tiene ese particular de ciudad menos caótica y roñosa que otras del Oriente Medio.

En el hotel pregunto al señor de recepción por una habitación libre. Al oír mi árabe coloquial con varios "oh" como muletilla que viene a ser como decir "si" y que rompe abruptamente con el suave canto del arabe sirio, me mira y me pregunta: "¿Eres palestina?". "Ups", pienso, "esta nacionalidad es nueva". En mi vida me han dicho casi de todo... de todo lo comparable con india, brasileña, marroquí, argelina, italiana,... egipcia... Le digo que no, claro, aunque con eso sé que romperé el encanto. Le explico que vivo en Egipto, de ahí que yo tenga esta muletilla. Y él me explica que ese "oh" lo hacían mucho antes los palestinos.

Aquí en Siria se tiene mucha estima a los palestinos. Cierta empatía. Por eso, cuando se colorea, se coloca una bandera o se pega un cartel, la bandera siria acompaña en muchísimas ocasiones a la palestina.
El paseillo por Hama comienza por las famosas norias. Aunque desgastadas todavía ofrecen cierta impresión, pero seguro que si corriera algo más de agua sería más bonito (para la vista y para el olfato). Con la noche encima, las calles parecen estrecharse más y más, hasta tal punto que sin saber muy bien cómo, me veo dentro de un Atelier. Un lugar donde unos cuantos artistas sirios tienen su pequeño taller de pintura o escultura.

Hace 10 años un grupo de artistas decidieron montar este proyecto conjunto. Con ayuda del gobierno construyeron un lugar con aire nostálgico y armonioso en un rincón pacífico de la ciudad. Aquí encuentrar parte de su inspiración, trabajan, exponen y venden sus obras de arte. Cada uno es diferente y las técnicas, por ende, así lo son también.

Emed, por ejemplo, utiliza sobre todo el óleo, no obstante nos sorprende mostrándonos unas pinturas hechas 'al café'. Por eso decido comprarle una bonita lámina que representa a una familia árabe sobre fondo de casas de piedra. Y, oliendo a café, pasamos a ver el siguiente taller, el de Hassan. Hablando un poco de todo, comenta que el mundo artístico en Siria está despertando, pero todavía es una tarea muy complicada que crea muchos quebraderos de cabeza en la familia.

La vida del artista... Tan bonita que llega a resultar abstracta... y no se vive del aire.

Así que, de vuelta al mundo del viajante que no puede parar (ni comprar un cuadro a cada uno de los artistas con los que se topa), aparece Crac de Chevaliers como el próximo destino. El castillo de los Cruzados, entre otros muy diversos ocupantes.

20 de junio de 2008

Siria (Cap 5). Hablando de paz en Palmira con el campeon mundial de carreras de camellos

En Palmira voy dando un paseo con el sol ya bajo y con una pequeña tormenta de arena que termina de 'secarme el pelo'. Bueno, con eso de que ya me he acostumbrado en Egipto a no salir con el pelo mojado a la calle por eso de que provoca, siempre intento calcular el tiempo de secado 'a lo natural' estando en casita.
(Foto: ITXA, ruinas de Palmira)

Paseo, pues, por la calle mas turística que hay en el pueblo, en busca de un lugar para echar un te calentito que me ayude a combatir el calor. La fachada de este café-restaurante es bastante desenfadada. Entro y me siento en una mesa. En menos de cinco minutos ya somos unos cuantos turistas y lugareños intercambiando pareceres y experiencias: una pareja de italianos historiadores, ella especializada en el siglo 14 y el en la España de la Inquisición. Una holandesa y... un beduino de Palmira.

El camarero se pone contento y me empieza a hablar en español, ahora bien, a cada palabra que empieza se come el comienzo de la siguiente por lo que tengo que hacer un esfuerzo por comprender que dice exactamente. El tipo habla cinco idiomas, todos aprendidos allí mismo, trabajando y sirviendo.. y hace prueba de ello. Si señor. Me saca dos banderas, la catalana y la vasca, y me dice categóricamente que los mejores españoles son ellos. Yo le digo que soy del norte, vecina, y me regala una sonrisa y el té a cuenta de la casa.

El beduino nos invita a quedarnos la noche en la terraza-tejado del hotel de su primo hasta las 5 de la mañana, hora a la que nos cita para coger sus camellos y visitar con él las ruinas disfrutando del amanecer. Yo vuelvo al hotel. Llevo ya bastantes horas de cansancio acumulado, prefiero dormir cuatro o tres horitas. Intento dormir, pero un dolor de estomago terrible que despierta. Por dios que no sean bichitos!!! Doy mil vueltas pero me paso la noche entre la cama y el cuarto de baño... en fin. Cosas de viaje.
(Foto: ITXA. Hussein y su camello)

A las 5.10 aparezco en el lugar de encuentro. Los italianos ya están allí, y los camelleros... "Perdonadme que llegue un poco tarde". "Ya pensábamos que no venias!", me dice Claudio el profesional de la Inquisición. No. No podía perder la oportunidad de montar junto a las (tres veces) campeón mundial de carreras de camellos, el beduino que al principio mencionaba y visitar las ruinas con dos historiadores. ¡Qué gozada!
Nos repartimos los camellos, nuestro campeón Hussein me dice que monte con él. Por supuesto, el pobre tuvo que responder a cada una de mis preguntas y lo hizo con toda la humildad del mundo, y la parsimonia de un camello al masticar. Pero no creo que sea un hombre muy conformista..."Los precios de los camellos han subido... todo ha subido... antes compraba un camello por 300 euros y ahora están al doble". "Mira, esa camella de allí, es mi campeona. Si a Claudio le da por darle mucho a la vara no podrá pararla".

Y nos reímos... Siempre me he sentido a gusto con los beduinos, en Sinaí o el desierto de Siwa... Ahora en Siria. "Entonces, Hussein, puedes montar cualquier camello independientemente de que sea tuyo o no?" "Si, por supuesto... Pero echo de menos a mi camella favorita, ella está ahora en Damasco rodando una película". Me vuelvo a reír... "Ya sé porque no estás casado ya habibi!", le contesto."Sabias que los camellos pueden vivir hasta los 40 años?". No, no tenía ni idea. "Y sabias que la carrera más importante de camellos se celebra en Berlín?"... Ya no me sorprende nada.

Terminamos la mañana tomando un té. Todos con los ojos rojos de no haber dormido y Hussein anda de aquí para allá. Nos sirve a todos de esta santa bebida que nos da fuerzas para la última conversación."En los últimos años, la mayoría de turistas que vienen a Palmira son de España", nos cuenta Hussein (y yo me pregunto para qué queremos al INEM). Con las noticias de guerra y conflictos, de acuerdos rotos o llenos de agujeros, no todo el mundo se atreve a venir a este precioso rincón del mundo. "Pero los españoles -afirma con total seguridad- no creen en las noticias norteamericanas, por eso vienen y no tienen ningún problema".Y de guerra pasamos a hablar de paz... "creo en nuestro presidente, creo que va a conseguir la paz con Israel, claro que Turquía ha tenido un papel muy importante".
(Foto: ITXA. Ruinas de Palmira al amanecer)
De repente nos sobresalta los pasos de una joven taiwanesa que conocí la noche anterior, y se acerca. Sin más, le pregunta a Hussein "Por que Siria mantiene tan buena relación con Corea del Norte?". Me encanta la respuesta de él que dice tranquilamente "porque es Asia". Y me encanta y me entristece al mismo tiempo que entre las personas que allí estábamos sentados solo los occidentales (y la taiwanesa) nos miráramos con incredulidad entre nosotros al oír las bonitas palabras de paz de un beduino cuya familia vino de Yemen para asentarse en la tierra más bonita que se encontraron, Palmira.

18 de junio de 2008

Siria (Cap 4). Butragueño y Mohamed


Llegamos por fin a Palmira, después de andar sudando la gota gorda y desviando de vez en cuando la vista del camino hacia la rojiza arena que cubre las primeras ruinas, paro en el hotel. Echo un vistazo a las habitaciones con el dueño, un señor muy amable que me pide una cantidad desorbitada teniendo en cuenta que están en temporada baja... Consigo que baje el precio hasta casi la mitad.

Me pregunta si soy italiana.

Mohamed es el dueño de este hotel y de un restaurante. Reside en Italia desde 2000 donde estudia un máster en Turismo. Pero lo más gracioso está por llegar. Nos tomamos algo en su café-restaurante mientras arreglan la habitación y me pregunta: "¿Conoces a Emilio Butragueño?" Por dios, ¡¡claro que sí!! Le digo. Mi padre es del Real Madrid desde que tengo uso de razón. Butragueño me parece una persona bastante racional y muy amable con los fans. Entonces me sonríe. Y me dice, "espera un momento, voy a ensenarte algo". Y un segundo después aparece con un álbum de fotos donde le veo posando alegremente con Emilio, como él lo llama con tono familiar. Eso no es todo, sino que continúa ensenándome más y más fotos... Butragueño, su mujer y Mohamed. Mohamed, Butragueño y el abogado del Real Madrid en ese mismo restaurante... etc.

Me dice que son muy buenos amigos, que lo conoce a través de un amigo español de Toledo que vive en Damasco. ¡Menuda coincidencia!

Al salir del restaurante observo la piedra que cubre el portal, hay algo escrito..."Aquí nos hemos sentido como en casa... Gracias. Firmado: Emilio Butragueño".

Y yo me voy pensando en que tengo que contárselo a mi padre que fue el que de pequeña me contaba esas historias de la Quinta del Buitre y de Di Stefano... otro de sus héroes del futbol español. Los jugadores de ahora no son los como los de antes... Y me voy a ver el partido de España-Suecia a un bar. Cerveza nacional y ocho guiris más en un pequeño salón (a ver si van a ser todos suecos...).

1-2 para España, ¡¡mabruk Villa y Torres!!!

Siria (Cap 3). Las mil y una dunas


Salgo de Damasco en autobús dirección a Palmira. Seguimos la pista esteparia dirección Bagdad. Y me acuerdo de mi amigo Greg que acaba de mudarse a Amman para trabajar en las Naciones Unidas organizando las elecciones en Irak... buena suerte amigo. Siempre le he visto futuro de peace-keeper.

No sé si dispondré de tiempo suficiente pero es tremendamente fácil visitar otros países desde Siria. A cuatro horas desde Damasco, Beirut, la capital del recién castigado Líbano, a otras cuatro horas aprox Amman, capital de Jordania...


Sigo en el bus, viendo una peli americana de la que no termino de pillar el hilo por los continuos cortes, 'hachazos de censura', que se han trabajado los señores de este país (igual que pasaría si estuviera en Egipto, pero bueno). Recuerdo que una vez me dije "quitaría todas las escenas románticas empalagosas de las películas de acción". Ahora que las veo sin ellas, la verdad, no son lo mismo y no consigo encontrar lógica alguna en el guion. ¡Qué importancia tienen estas escenas para seguir la historia! Es como la importancia que tiene continuar descubriendo sin sorpresa de los locales los mil y un 'cortes' que tienen sus vidas en este rincón del 'Sham' donde prospero la historia de amor de las Mil y una Noches.

15 de junio de 2008

Siria (Cap. 2) De religión y pánico periodístico

Los días en Damasco son estupendos y despiertan a cada segundo mis sentidos, sobre todo los que me llevan a contrastar este país con el que ahora resido. La ciudad es limpia, organizada... Ahora en verano tienen cortes de agua desde las 6 de la tarde hasta las 8 de la mañana, más o menos. Esta medida medioambiental me sorprendió muy felizmente, pero al final resulto ser que los susodichos cortes solo son en una zona determinada de Damasco, no en toda la ciudad. Pues vaya...
(Foto: ITXA. Mezquita chií Al- Saida)

Siria tiene un 89% de población musulmana (la mayoría suníes, aunque también hay chiíes, ismaelíes, drusos y alauíes) el resto pertenecen a ramas cristianas, tales como la armenia, la griega, entre otras ortodoxas y católicas. En Damasco estos viven por zonas, no mezclados como ocurre en Egipto (95% musulmanes). De ahí que la zona cristiana se convierta en zona de copas y de chicas vestidas en camisetas de tirantes. El Presidente sirio, Bashar Al-Assad, pertenece a la minoría alaui por lo que esta ha conseguido un gran poder político después de haber sido duramente perseguida.

Por todos es sabido que en Damasco se encuentra la majestuosa mezquita de los Omeyas. Pero pienso en que nunca he estado en una mezquita chií y me acerco en taxi al suroeste de Damasco donde se levanta la mezquita Al-Saida Zainab, que fue mandada construir por el propio presidente iraní. Paso por delante de las banderas de apoyo a Hezbollah, y entro en la zona de mujeres... esta abarrotado, es viernes, el día del sala (rezo). Hay niños jugando por todas las partes. Las mujeres tienen el duro trabajo de cumplir con el día santo cuidando de sus hijos, que seguramente no pueden quedarse en casa solos. Hay un bebe que se acerca a donde estoy sentada, no sé donde puede estar su madre, va solo, pero seguro que no le pasara nada. También veo que hay muchas mujeres pakistanís.
(Foto: cartel con los principales líderes chiís en la Mezquita Al-Saida)

Pasan las horas y sigo deambulando por las históricas calles de esta ciudad y en el barrio cristiano decido tomarme una cerveza. Con algunas caras ya conocidas me siento y charlo un rato sobre lo que están haciendo en esta ciudad: unos estudian árabe, otros trabajan en el consulado... Y termino hablando con una joven noreuropea que según me dicen está estudiando comunicación en los países árabes y, en especial, la cadena Al Jazeera.

'¿Por qué estas tan interesada en este tema?'. Y me contesta que le gustaría estudiar periodismo, que su padre trabaja en un periódico danés. Al preguntarle en cuál de ellos recibo la inesperada respuesta de que es el mismo periódico que publico las caricaturas que hicieron saltar al mundo musulmán (y a muchos otros) del asiento. '¿Por qué las publicaron?'. Tenía que preguntarle... Me mira y me explica que, bueno, en Dinamarca existe una gran tradición de libertad en todos los sentidos. Para ellos no parecía ser tan grave. El hombre (caricaturista) no tenía otro modo de expresar lo que tenía que decir... En fin. La miro y pienso en mis adentros que no sé bien qué es mejor, si demasiada libertad o demasiada coerción.
(Foto: ITXA. Traducción 'Gente de Palestina, tu destino está en tus manos')

12 de junio de 2008

Siria. Aterrizando en la ciudad más antigua del mundo

Parecía mentira que fuéramos a conseguir volar a Siria. Yo, tan contenta, con mi pasaporte en regla, mi carta de la universidad de Alejandría que me permite regresar a Egipto, y mi visado (¡para 36 meses!, un error tipográfico seguramente).

Sin embargo, allí estaba yo, esperando hora y media a que Caecilie que se animó a venir conmigo si cambiaba de opinión y no iba al Líbano, consiguiera salvar la inmensa cola en la ventanillas de visado en el aeropuerto de Damasco. Ella es ejemplo claro de lo que puede pasar si no tienes representación consular en el país al que viajas, no puedes conseguir un visado con anterioridad, solo en la frontera. Ya tuvimos que convencer al encargado del aeropuerto en Cairo, a punto de perder el avión, de que ella tenía que pedirlo allí en la frontera.
(Foto: ITXA. En el zoco de Al-Hamidiyya)

Y seguía esperando...

Decido pasar a recoger las maletas y esperar allí la cara sonriente de mi amiga, siempre apacible pero a la que ya he podido comprobar su lado más vikingo danés... Mientras se quedaba dando vueltas de una ventanilla a otra, poniendo cara seriota y hablando con propiedad en Árabe (fos7a). Andando por los pasillos blanquecinos que llevan a la sala de equipaje observo las facciones de los primeros sirios que me encuentro (fuera de Siria). Parecen tener unos rasgos más balcanizados, si bien otros siguen pareciéndose a los egipcios. Con respecto a su idioma árabe, es una especie de egipcio y árabe estándar (fos7a), pero no me preocupo, me dijeron que si les hablaba en egipcio me entenderían perfectamente, incluso me mirarían sonrientes, con eso de que antes egipcios y sirios conformaban una sola república.

No sé yo.

Cuando, al dejar a Caecilie, aparezco en la sala de equipajes y veo el panorama... pregunto: min Al-Qahira fen? hena au hinak? (el que viene del Cairo donde, aquí o allí). Me miran, me dicen algo que no entiendo y... empieza la carrera de obstáculos. Hay maletas por el suelo en toda la sala, a veces no tienes otra que pasar pisándolas. La gente se amontona con los carros porta-maletas y tampoco tienes otra que empujarles con fuerza para poder pasar. Después de saltar, pisar y tropezar con miles de equipajes, sin encontrar lo que buscaba, oigo un: Al-Qahira lissa, lissa!. Es decir, que todavía no han sacado las maletas...


Me siento sobre una maleta mientras continuo observando la escena... como las películas, igual: gritos desesperados, lloros, peleas por encontrar sus maletas. Vamos, como si llevaran las cenizas de la abuela (pienso para intentar hacerme reír un poco). Y, por fin, las maletas del vuelo del Cairo. Las recojo, me siento, le digo a un chaval pequeño que me deje en paz... sigue molestando (nunca me han gustado mucho los críos), me cambio de sitio... y.... cuanto tiempo ha pasado ya? no se... pero ya no hay nadie en la sala de equipajes, silencio.
(foto: ITXA. Gran Mezquita Omeya)

Y yo sigo esperando a la chica del visado eterno. Dos horas más.


Los hombres de las cintas trasportadoras de equipaje son muy simpáticos, me dedican un Ahlan wa Sahlan una y otra vez, pero no veis que soy la misma todo el tiempo! Sí, soy la única persona allí sentada. Y, por fin, sale Caecilie esforzando una sonrisa. Camino a Damasco el paisaje me recuerda a Los Boalares, en mi pueblo, un pinar precioso que se levanta sobre montes pequeños. Veo carteles anunciando la dirección a Beirut, que está a pocas horas de allí, a Jordania... Bueno. ¿Por qué no?
(Foto: ITXA. Salida del zoco)

Y, aquí estoy, escribiendo este post después de visitar un poco la parte antigua de Damasco. En una de las pocos cafés-Internet donde permiten entrar en facebook. La ciudad de los Omeya tiene muchas cosas buenas, muchos secretos... Y un ambiente parecido al egipcio, si bien, las calles están mucho más limpias, tienen mejor apariencia. Quisiera contar también una noticia que leí estando en el avión, en el Daily News Egypt, de que han otorgado 5 nuevas licencias para crear cinco nuevos periódicos independientes, pero esto tendré que tratarlo mejor. Quizás cuando vuelva.

5 de junio de 2008

Día del Medio Ambiente

Itxa, 5 de junio de 2008

Hoy se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Medio Ambiente. Y, en nuestras espaldas pesa (o debería pesar) temas como la desertización, la escasez de agua, el cambio climático o la disminución de la biodiversidad, entre otros.

Deberíamos tomar conciencia de una vez ya... Existen miles de razones y miles de maneras a través de las cuales podemos actuar, y no solo lamentar, a través de las cuales podemos cambiar este triste panorama... Porque no se trata de un solo día, se trata de toda una vida.

2 de junio de 2008

El huevo en el nido/ El renacer de una nación

Itxa. 2 de junio de 2008

Estamos siendo testigos de cómo en Israel se levantan nubarrones y nervios crispados por convocar elecciones para llevar a cabo, como dijo el sucesor de Sharon, Ehud Olmert "una regeneración moral y ética de la sociedad israelí". Suena bien, ¿no? Viniendo de un hombre que parece estar “arrepentido” después de recibir cantidades importantes de dinero, “contribuciones” que se llaman, si bien en mi pueblo se les llama sobornos, del judío millonario estadounidense Morris Talansky.

Pero bueno, como ya estamos más que saturados con la historia de siempre de relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Israel (y no teniendo, todavía, una voz israelí que pueda darnos otra impresión diferente), vamos a cambiar a un escenario que parece estabilizarse por momentos. Beirut.

Beirut, capital del Líbano. El país de los cedros veía cómo lentamente, en cuestión de meses, iba alcanzando la inestabilidad. Medio año sin presidente. Elecciones postergadas una y otra vez; la oposición envalentonada y atrincherada en carreteras que cortan la mejor vía de escape, los aeropuertos; una ciudadanía que, a pesar de los malos tragos que la historia ha llevado a este pequeño gran país, sigue sonriendo y mirando con esperanza su futuro.

El jefe del Ejército, Michel Suleiman, gobernará el Líbano hasta las elecciones de mayo de 2009. La milicia chií, a través del secretario general de Hezbollah, Hasan Nasrallah, declaró su apoyo al nuevo presidente con un mensaje (firme y batallador) emitido por televisión y radio. Hezbollah (que significa el Partido -Hezb- de Dios –Allah-) también cerró un acuerdo con Israel: intercambio de prisioneros, la libertad de los dos soldados israelíes secuestrados en julio de 2006 a cambio de Samir Kuntar y otros cuatro miembros de Hezbollah presos en Israel.

El periodista israelí Bradley Burston lo pronosticaba: liberar a Samir Kuntar es liberar a soldados israelíes y, por ende, devolver la paz y la alegría a sus familias.

Algo más terrorífico se huele en la red voltairenet.org, la sospecha sobre conspiraciones estadounidenses maquiavélicas en su guerra contra el terrorismo en esta parte del planeta: Estados Unidos y sus intereses estratégicos o cómo provocar guerras, si Hearst estuviera vivo seguro que les echaba una mano.

Terror, sobornos y conflictos a parte, el periódico Dar Al Hayat habla de un verano prometedor, sobre todo si el turismo árabe y extranjero vuelve a los hoteles. Con la Renaissance del centro de Beirut, con bancos, cafés, restaurantes y tiendas abiertas, ya se preparan para organizar eventos culturales que levanten el entusiasmo y la gravidez del asunto. Aunque el resentimiento sigue vivo entre chiís y suníes, a veces dentro de una misma familia. Sin mencionar la también resentida economía de un país cuya labor primordial ahora será atraer inversiones como sea.

Renacer… una vez más.